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jueves, 7 de octubre de 2010

Inédito documento del pasado “El Correo del Comercio” y la primera descripción periodística de la Villa de Oruro, 19 de mayo de 1810

•Por: Ing. Miguel Salas Aguilar

 Que sería de nuestra existencia sin tener a mano las viejas publicaciones del diario vivir, no se tendría pues, memoria del pasado de sus pésames y de sus Glorias.

Si bien son conocidos algunos importantes relatos del pasado orureño, como la crónica de Felipe de Godoy a nuestra Villa entre el 19 de octubre al 15 de diciembre de 1607 a un año de ser fundada la Villa de San Felipe de Austria, quien describe en su informe las ricas vetas de sus cercanos cerro; o la del padre Álvaro Alonso Barba en 1639; o más aún la conocida descripción del científico francés Alcides D’Orbigny que en 1833 describe a Oruro, como un miserable lugar por “la gran cantidad de moradas en ruinas que allí se veían por todas partes”. De no ser por los manuscritos nombrados, no podríamos percibir el pasado económico de Oruro, y formar la línea cronológica de su existencia en estas tierras americanas.

A éstas crónicas nombradas, se suma el primer reportaje periodístico de la Villa de Oruro, escrito el 19 de Mayo de 1810 y publicado el periódico “El Correo del Comercio” de la ciudad de Buenos Aires, importante y primicial reportaje que a la fecha cumple doscientos años de publicación. Enalteciendo coincidentemente a nuestro grandioso fasto Bicentenario regional.

PERIODISMO EN LA COLONIA ESPAÑOLA

Se dice que el primer periódico en la historia del periodismo que fue impreso se publicó en Alemania, en el año 1457, con el título de “Nurenberg Zeitung”, sucediéndole otras publicaciones en toda Europa, y luego a principales ciudades de las posesiones españolas en América.

A la Compañía de Jesús se debe, en el Río de la Plata, la Introducción del arte de imprimir. Los miembros de la Orden, deseosos de poner al alcance de los indígenas de las misiones vocabularios y catecismos, solicitaron, al efecto, la autorización correspondiente para instalar un taller de imprenta. Contaba el taller con prensas, confeccionadas en madera dura, tipos de estaño y viñetas de metal y madera. Estos elementos, no por rudimentarios menos útiles, permitieron, el fin, que de las prensas saliera el primer impreso: el “Martirologio Romano”, editado en el año 1700.

También fue obra de los jesuitas la instalación y puesta en marcha de la imprenta de Córdoba, cuyos orígenes se remontan al año 1758. Instalada la imprenta, funcionó hasta que se produjo la expulsión de los jesuitas, en 1767; a partir de ese momento, y hasta 1780, el taller se mantuvo inactivo. No se sabe si la ciudad de la Plata y su Universidad de San Francisco Xavier habrían intentado siquiera tener el éxito alcanzado en Córdoba.

Por último, en el año citado anteriormente, la imprenta fue trasladada a Buenos Aires. Las necesidades crecientes de las tareas administrativas del Virreinato obligaban a incrementar el número de escribientes, por lo que la imprenta, lógicamente, reemplazó con ventaja a muchos de estos últimos.

Su instalación se produjo, de acuerdo con un decreto del Virrey Vértiz, el 21 de Noviembre de 1780, recibiendo la denominación de “Real Imprenta de Niños Expósitos”, y fue en la misma donde años después se imprimió el Diario “Correo de Comercio”, y el referido reportaje a Oruro del año 1810.

Instalada ya, la Real Imprenta editó, el 8 de Enero de 1781, un noticiero titulado “Noticias recibidas de Europa por el Correo de España por vía del Janeiro”. Poco más tarde, hacia el 19 de Mayo del mismo año, fue editado otro noticiero, titulado “Extracto de las noticias recibida de España por la vía de Portugal”. Luego le sucedería en 1800 el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata”.

El 19 de Septiembre de 1802, un mes y medio antes de la desaparición del “Telégrafo” apareció en Buenos Aires el primer número del titulado “Semanario de Agricultura, Industria y Comercio”, con pie de Imprenta de los Niños Expósitos.

“The Southern Star” -La Estrella del Sur- fue un periódico editado por los ingleses durante su permanencia en Montevideo. Escrito en inglés y en castellano, su primer número apareció el 23 de Mayo de 1807. En sus columnas, se trataron las cuestiones económicas y comerciales de la época, atacando al régimen impuesto por España a sus colonias y abogando por la libertad de comercio.

“EL CORREO DEL COMERCIO” Y UN HOMENAJE A ORURO

En la denominada “Imprenta de Niños Expósitos” de Buenos Aires aparecieron diferentes periódicos entre 1809 al 1812, como “La Gaceta del Gobierno”, “Correo de Comercio”, “Gazeta de Buenos-Ayres”, “El Censor”, “Martir ó Libre”, y “El Grito del Sur”, todos con un sentido escrito de Libertad ante la opresión.

“El Correo del Comercio” apareció en Buenos Aires el 3 de marzo de 1810, siendo su última publicación el 6 de abril de 1811, cuyo impreso salía semanalmente y estaba compuesto por 8 páginas; el precio era de un peso en Buenos Aires y de 12 Reales en otros poblados distantes.

En su primera edición éste periódico, su prólogo escribió sus razones por las que surgía este nuevo medio a las masas de las Provincias del Río de la Plata: “…avergonzados de que la gran Capital de la América Meridional, digna hoy de todas las atenciones del mundo civilizado, no tuviese un periódico en que auténticamente se diese cuenta de los hechos que la harán eternamente memorable, é igualmente sirviese de ilustración en unos países donde la escasez de libros no proporciona el adelantamiento de las ideas á beneficio del particular y general de sus habitadores”, y principalmente la de “una acusación contra el gobierno español” según palabras de su Director Manuel Belgrano para quien “…ningún provecho han traído á la causa pública, y por supuesto ni uno solo destinado para fomentar la agricultura, industria y comercio de estas Provincias de la España Americana capaces por sí solas de sostener á las de la España Europea…”

Fue el patricio de la revolución argentina Manuel Belgrano, quien dirigió “El Correo del Comercio” y probablemente quien escribió el referido artículo: lo que abre la importante pregunta, ¿Manuel Belgrano conoció nuestra villa de Oruro, a principios del año 1800?, o más exactamente ¿Quién es el autor de esta primera descripción? ¿Por qué se eligió describir a Oruro, entre otras tantas poblaciones del Virreinato?

Lo dicho, invita a una futura investigación más profunda, ya que éste artículo fue redactado por alguien que mantenía algún tipo de lazo comunicacional mediante cartas entre la colonial Villa de Oruro y el distante puerto de Buenos Aires: sin lugar a dudas fue una comunicación directa entre Patriotas americanos, que difundió ésta y varias noticias, y fueron éstos comentarios que destacaron a poblaciones con la causa común de la libertad que ya empezaba a correr, como el fuego de una antorcha, en la obscuridad de la tiránica administración española.

Y hoy después de dos siglos de extravío se publica en “LA PATRIA”, el primer documento periodístico colonial de Oruro; que trata de manera general sobre los principales oficios de sus pobladores, comercio interno y externo de la villa con poblaciones cercanas, medianas y de ultra mar; en síntesis un inicio a la historia económica y social de nuestra tierra. Cuyo original fue publicado el 19 de mayo de 1810 en el periódico “El Correo del Comercio” de Buenos Aires, meses antes de la Revolución orureña del 6 de Octubre. Por su valor histórico, se conserva la ortografía original.

“Descripción circunstanciada de los productos, y comercio de la Villa de Oruro”

“El comercio de esta Villa consiste en efectos de Castilla, y manufacturas y frutos del país, consumiéndose de los primeros hasta en cantidad de 22 mil pesos anualmente en cuyo tráfico hay cinco individuos, y de los segundos 479.962 ps. para cuyo giro hay 140 individuos. Los efectos que se llaman de castilla proceden de España, Buenos-Ayres, Potosí Arica, y la Paz, y se extraen para el Valle de Cochabamba.”

“Los del país, es á saber bayeta de colores, frazadas grandes, azúcar, alfiñiques, tucuyos, añil, se conducen del Cuzco; también de Cochabamba vienen tucuyos; de la Paz y Yungas, bayetas blancas ordinarias, costales, coca, y maderas; de la Costa, aguardiente, vino, aceite, pescado marítimo, agí de azapa, y algodón; de Sto. Tomas, agí de palpa; de los pueblos cercanos, frazadas chicas; de Mojos, cera de Chiquitos; de Chayanta, medias suelas; de Salta, burros y mulas; de Tucumán y Santiago del Estero, pellones, ponchos, y grana; de Arequipa, añil; de Chile y Chichas, cordobanes. Con los mismos pueblos citados, y con los de Potosí, y la Plata tenemos nuestros cambios”.

“Se beneficia en esta jurisdicción el cobre y estaño, y se extrae para Lima, y España; pero mas es el beneficio del estaño que suele venderse hasta 9 y medio ps. el ql. y produce 77.900 ps. El gremio de azogueros es numeroso, y se compone de mil individuos dedicados á trabajar con bastante afán: produce algunas ventajas así al Real Erario, como al Público, en medio de que las mismas son escasas, y pobres los metales; se agrega á esto la indigencia en que se hallan los mas de ellos para empresas de alguna consideración, siendo el estado y producto anual de estas riberas y sus cercanías, de 8 ingenios, 10 trapiches, 25 minas, 20 en diligencia; el de 21 mil marcos; de las cercanías de esta Villa, 30600, su precio 7 ps. 2 rs., y 258 barras que se funden á 1.700 ps. cada una, cuyos valores ascienden á 438.600 ps. Todos son productos de las riberas de esta Villa, Poopó, y Sicasica, y se conducen á la Real Casa de Moneda de Potosí.”

“Los fabricantes de sombreros, trabajan sin auxilios, ni herramienta buena; no obstante, pasan de 9 mil sombreros los que hacen, entre buenos y malos: emplean lana de vicuña y de oveja, y los ingredientes de que se valen, son cola, palo de tara, copagírá, y cera de castilla; se extraen para Buenos-Ayres, Tucumán, y la Costa y su valor se conceptúa en mas de 14 mil pesos.”

“Los tucuyeros siempre han texido en telares bien desgreñados, tal qual como los puede construir el hombre aislado, y sin ningunos conocimientos, ni aun prácticos de la mecánica; fabricaban mas de 40 mil varas; pero hoy se halla este ramo bastante decaido: se gradúa el valor en 9782 ps.”

“Los tintoreros sin mas principios que los de la rutina de sus mayores, y la propia experiencia , valiéndose del añil, molle, mítico, y millo dan sus tintes con bastante perfección de los colores verdes, azul, y amarillo: se computa que tiñen cerca de 92 mil varas que les produce á 1 y medio ó 2 rs. vara, mas de doce mil pesos.”

“Los cobreros y peltreros que trabajan con la mayor dificultad por falta de instrumentos buenos y auxilios, fabrican de los dichos metales, ollas, sartenes, chocolateras, paylas, alambiques, fuentes, platos, candeleros, bacenicas, jarros, vasos, tachos, botones, embudos, tinteros, y alambres: todo lo qual se extrae para Potosí, Plata, y Cochabamba, y produce 1830 pesos. Los plateros después de muchas fatigas, ya por la escasez de sus facultades, ya por la decadencia de este pueblo, apenas trabajan 1140 marcos de piña y chafalonia, para lo que consumen 1140 cargas de carbón: los productos de su trabajo se regulan en 2574 ps.”

“Los polvoreros hace pólvora para cazar, y para las minas, que venden á 2 rs. la libra de la primera, y tres quartillos la de la segunda, y se estrae para Pótosi, y Aullagas: se computa que manufacturan 19 qs. de la primera y 227 de la segunda: los materiales de que se sirven son, cenizas de muladares, y azufre, con que forman la carbonilla, y unen con la muña, por otro nombre poleo; se arregla el valor de esta manufactura á 2620 ps.”

“Los Bayeteros, manufacturan en tristes telares, y sin auxilios, bayetas ordinarias en xerga; consumen 19.048 vellones de lana, y texen 148.048 varas, que venden á real la vara: se extrae para Pótosi y la Plata, y su producto es de 18.551 ps.”

“De lo dicho se infiere que el giro anual de esta Villa es de un millón, 80.518; sin incluirse el número grande de especies menudas, y comestibles con que abastecen los valles inmediatos y jurisdicción de Cochabamba; porque aquí no se produce cosa de provecho por su aridez: lo que se recoje unicamente, es cebada en berza, y papas amargas.”

(*) Miembro de la Sociedad de Historia y Geografía de Oruro

miguelitosaurio@hotmail.com

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