jueves, 18 de noviembre de 2010

Oruro produce más del 90 % de la sal que se consume en Bolivia

Más del 90 por ciento de la sal que se consume en Bolivia, es producida por las empresas salineras del Departamento de Oruro, informó el presidente de la Asociación de Industriales Salineros de Oruro, Héctor Loayza Cartagena.

Indicó que el consumo nacional de sal es de 30.000 toneladas al mes y de las mismas en Oruro se producen 28.000 toneladas, es decir, el 93,3 por ciento.

Los salineros se reunieron con las autoridades del Servicio Departamental de Salud (Sedes), a quienes les hicieron conocer sus demandas para el cumplimiento de las normas que rigen esa producción.

Una de las principales observaciones fue sobre la carencia de yodo, para la correspondiente yodación de la sal; sin embargo, se les explicó que no hace falta más que la directiva de la asociación gestione la importación directa del yodo.

Además expresaron la necesidad de que los controles funcionen de forma adecuada, con el fin de garantizar la producción de sal de manera correcta y en beneficio de la población.

“Estamos haciendo la denuncia de que existen empresas de sal clandestinas, esperamos que se nos escuche, y que también se nos provea del yodo, porque resulta que nos controlan si la sal está yodada, pero no nos proveen de ese elemento”, manifestó Loayza.

Asimismo, reclamó que existen normas que se les impone, es decir, no se consulta a ese sector para consensuar las normas que los van a regir.

Sin embargo, las autoridades se comprometieron a tomar en cuenta todas sus sugerencias, para poder realizar la recalificación, que desde el Ministerio de Salud se dispuso a todas las salineras.

Loayza informó que la sal que procesan proviene de Coipasa que se asegura es una de las mejores sales, además de Salinas de Garci Mendoza y también de Uyuni.

Son diferentes productos los que se procesan en las salineras de Oruro, como la sal fina, de consumo humano, sal para ganado, sal en bloque, sal industrial, incluso se tiene sal para artesanías, sal para diabéticos y sal para los spas.

Nosotros somos 14 molineras asociadas hay otras que no están asociadas incluso son clandestinas, de ellas no garantizamos nada, dijo.

El precio de la sal, según Loayza, es bajísimo y accesible para la población, pero los que hacen subir el precio son los intermediarios, pues un paquete de 40 kilos de sal fina de mesa procesada está en 20 bolivianos, entonces el kilo estaría a 50 centavos, pero en el mercado se observa que se vende a 1 o 1.50 bolivianos.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Hace 200 años Ejército boliviano fue creado en campos aledaños a Oruro

El Ejército de Bolivia que el domingo celebró el Bicentenario de su creación con un inédito homenaje que se replicó en las nueve ciudades capitales del país, según datos oficiales recogidos por medios de comunicación, fue creado el 14 de Noviembre de 1810 en los campos de Aroma, aledaños al departamento de Oruro, donde tuvo lugar la primera batalla contra tropas españolas.

A partir de esa fecha se desencadenaron 15 años de sangrientas luchas por la Independencia de Bolivia, que consolidaron al Ejército en base tres armas: Infantería, Caballería y Artillería, apoyados por tropas auxiliares y de servicio.

La cronología descrita por la agencia gubernamental ABI, narra que el 26 de Mayo de 1821 fue creado el primer Regimiento de Infantería denominado “Colorados de Bolivia”, Escolta Presidencial.

El Ejército boliviano combatió en la Batalla de Ayacucho, el 9 de Diciembre de 1824, al mando del entonces General Antonio José de Sucre, donde se consolidó la libertad del Alto Perú.

El 2 de Abril de 1825 se libró la batalla de Tumusla, que dio paso, el 6 de Agosto de 1825, a la independencia del entonces Alto Perú, que nació a la vida republicana con el nombre de República de Bolívar, que posteriormente se llamó Bolivia.

El 3 de Febrero de 1826 en la localidad de Viacha fue creado el Regimiento de Infantería II, en honor al Mariscal de Ayacucho, José Antonio de Sucre y Alcalá.

Además, el 28 de Agosto de 1836 se crea el Regimiento de Infantería III, en memoria del general Juan José Pérez, que murió en los campos del Alto de la Alianza.

Las glorias militares en la consolidación de la República se registraron entre 1829 y 1841, periodo en el que se dieron las campañas de la Confederación contra los ejércitos peruanos (1835-1836), contra las tropas argentinas (1836-1838) y contra las expediciones chilenas (1837-1847).

En el periodo del Federalismo, los separatistas y la Guerra del Sucre (1885-1907), se fundó, en la cuidad de La Paz, el Colegio Militar.

El 5 de Noviembre de 1895 se imprime el Código de Ordenanza Militar, por Decreto Supremo se emite el Reglamento del Estado Mayor estableciendo las atribuciones del Ministerio de Guerra.

Entre los años 1910 y 1928 se produce la tercera creación de la Escuela de Guerra y, por Decreto Supremo, se crean los Comandos de División, se aprueba la Ley Orgánica del Ejército y se inaugura la Escuela de Clases.

En 1932 el Ejército combate en la Guerra del Chaco, donde pierde al menos 50.000 hombres que perecieron por balas paraguayas y por la geografía de ésa región.

En 1967 el Ejército participó de las acciones de Ñancahuazú, luego en Teoponte en 1969.

En la gestión 2006, el gobierno del presidente Evo Morales, tomó la decisión de nacionalizar los hidrocarburos, asignando a las Fuerzas Armadas la misión de devolver la dignidad, ocupando en una operación sincronizada las fuentes de riqueza.

Actualmente el Ejército boliviano participa en Operaciones de Mantenimiento de Paz en el Congo, además desde el 2006, tiene a un regimiento en Haití.

ANTIIMPERIALISTAS Y ANTICAPITALISTAS

Durante la celebración del Bicentenario del Ejército boliviano, el Gral. Antonio Cueto Calderón, Comandante General del Ejército, afirmó que esta institución se declara antiimperialista y anticapitalista.

A su turno y en el marco del mismo acto que se realizó en el Colegio Militar de Ejército “Cnl. Gualberto Villarroel”, el presidente de Bolivia, Evo Morales dijo que las Fuerzas Armadas son antiimperialistas desde su nacimiento.

“El Ejército surge como una institución socialista, comunitaria y como tal nos declaramos antiimperialistas, porque en Bolivia no debe existir ningún poder externo que se imponga, queremos y debemos actuar con soberanía y vivir con dignidad”, afirmó Cueto Calderón.

Dijo que también el Ejercito se declara “anticapitalista”, porque, ese sistema está destruyendo a la Madre Tierra y pidió unir todos los esfuerzos y capacidades para defender el medio ambiente.

Argumentó que la identidad de la institución está relacionada con la nueva Constitución Política del Estado. Cueto dijo que la Carta Magna goza de gran legitimidad porque fue aprobada la población.

Cueto pidió a las autoridades del Gobierno nacional aplicar la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz contra quienes colaboraron con Estados Unidos para la desactivación de los misiles chinos de Bolivia.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El 1° de Noviembre de 1606 Antes de su fundación la Villa de San Felipe fue bendecida por la Iglesia

La presencia de un sacerdote fue fundamental en la fundación de la Villa de San Felipe de Austria, actualmente conocida como la ciudad de Oruro, puesto que aquél fue quien bendijo esta tierra el 1° de Noviembre de 1606, día en que también se conmemora el Día de los Difuntos.

Hace 404 años los habitantes de esta tierra, como creyentes de un Dios Supremo prepararon la celebración al pregón realizado el 29 de octubre por el negro Agustín del Castilla, por este motivo, aún antes de la hora de la misa mayor que se realizaba cuando el sol estaba alto, los vecinos de alta alcurnia ocupaban un sitio en la iglesia, como en las proximidades los nativos esperaban el acontecimiento con asombro y gran expectativa.

Es de esta manera como narra Ángel Torres Sejas en su libro Oruro en su Historia, lo acontecido en este día, para que la ciudadanía tenga presente e imagine como se suscitó el momento de la fundación de nuestra ciudad.

Según la investigación realizada por el escritor, el corregidor y justicia mayor de la provincia de Paria, primera ciudad de esta región, capitán Francisco Roco de Villagutiérrez, acompañado de los hermanos Francisco y Diego de Medrano, que emprendieron la explotación de minas abandonadas dando gracias a San Miguel Arcángel por el hallazgo, junto a otros se trasladaron muy bien ataviados para participar en la misa en la que se fundó la Real Villa de San Felipe de Austria.

La misa o celebración eucarística en la que se realizó la fundación de Oruro, el 1° de Noviembre de 1606, estuvo presidida por el sacerdote Martín Abbad Usúnsulo ante la expectativa de la población y aplausos de los pobladores que aclamaban al Rey Felipe III y a la gracia de Dios, en el templo que estuvo ornamentado y la presencia profunda de unción religiosa “in crescendo” entre la homilía y el credo.

Tras la celebración, el sacerdote Usúnsulo bajó del altar mayor hacia una sobremesa de damasco carmesí con una almohada de terciopelo encima, también carmesí y otra a los pies, haciéndole comparecer a Manuel de Castro y Padilla para tomarle el juramento de fundación de la villa, por lo que se entiende que el sacerdote, en representación de la iglesia, fue parte importante de este hecho histórico.

El sacerdote Usúnsulo con un misal o libro de misa abierto en una mano y la diestra con el signo de la cruz, mientras Manuel de Castro y Padilla estaba hincado, pronunció la fórmula de reglamento: “Señor Licenciado don Manuel de Castro, oidor en la Real Audiencia de La Plata, poblador en nombre del Rey, nuestro señor y por Santa María su bendita madre y por las palabras de los santos cuatro evangelios y por esta señal de la cruz, que hará la población de la Villa que al presente se funda en este asiento como más convenga al servicio de Dios nuestro Señor y de su majestad, bien y conservación de los vecinos y moradores y naturales, conforme a su obligación y hará y guardará todo lo que por razón de dicho cargo de poblador debe hacer y cumplir?, si así hiciere, Dios le ayude”. Castro y Padilla ante expectante silencio, respondió: “Si juro y amén”.

Pasado el momento del juramento de fundación, a la hora de la comunión casi todos los españoles recibieron la sagrada forma, y no pocos nativos conversos. La bendición supo a gloria, como la lectura del último Evangelio.

Concluida la excepcional misa, antes de que ningún creyente abandonase la iglesia, alguien presentó un flamante estandarte de damasco carmesí con las armas y colores reales que el sacerdote bendijo, lo recibió y se dirigió hacia el oidor Castro y Padilla para entregárselo posteriormente.

A Castro, en posesión de la bandera o pendón real, se le unieron Gerónimo Odegardo y Francisco de Medrano para tomar de las puntas y dispuestos a salir de la iglesia hacia la plaza donde fueron ubicadas en el entarimado en medio de aplausos y vítores de los presentes.

Al llegar la procesión hacia la grada, Castro y Padilla, custodios se colocaron arriba, tras lo cual el coro sacerdotal interpretó el Himno Veni Sancte Spiritu.

Antes de la Fundación se dijo una oración y luego se bendijo el lugar donde se iba a fundar la Villa, en ese instante Castro y Padilla alzó en alto la divisa real, tres veces, expresando “la mui noble i leal Villa de Sant Felipe de Austria, por el Rey Don Felipe, nuestro Señor y por sus sucesores en la Corona de Castilla león i el Pirú, ¡que Dios guarde muchos años!.

De esta manera se fundó la Villa de San Felipe de Austria relegándose el hecho más importante de la actividad como fue la verdadera fundación realizada en la iglesia de San Miguel de Oruro, hecho que perduraría en el tiempo.

Es de esta manera, como cuenta Ángel Torres Sejas, este pasaje de la fundación del territorio que ahora es conocido como Oruro, aclarando algunas interrogantes como que si se fundó en la zona de la Ranchería o en lo que conocemos actualmente como la Plaza 10 de Febrero.

Y continuando con este relato sobre la importancia de la participación de la Iglesia en la fundación de Oruro, se cuenta que apenas se calló el bullicio, el fundador, portaestandarte y autoridades, en cortejo retornaron a la Iglesia Mayor, donde se cantó el Te Deum y oró por Felipe III, posteriormente, la comitiva salió del templo en corporación, acompañando al alférez real con el estandarte en alto hasta su domicilio donde quedó el pendón en depósito hasta que fuese necesario, como símbolo del poder real que nadie más que el alférez o abanderado podría sacarlo para otros actos oficiales.

Una vez fundada la Villa de San Felipe de Austria, se formó la comisión reservada sin poder de decisión para realizar la inspección y verificación de datos e informes respecto a la Villa Felipense.

En el informe de Godoy, se hace referencia a la parte religiosa donde manifiesta que halló fundada en la villa una iglesia parroquial con vicario y dos curas españoles, un cura de Taipicala que lo es de todo el servicio de la Villa, un sacristán que también es capellán del Cerro y ocho sacerdotes extravagantes.

También existía en el lugar el monasterio de Santo Domingo con cuatro religiosos sacerdotes, tres predicadores y un lego, el monasterio de San Francisco con seis sacerdotes y dos legos, en el templo de San Agustín con tres sacerdotes y dos legos, el de Nuestra Señora de las Mercedes con tres sacerdotes y un laico.

La característica principal de dichos templos, fue la ornamentación que tenían con donaciones realizadas por los vecinos.

Asimismo, se recuerda que las primeras casas de culto con el tiempo cambiaron de lugar, la Iglesia parroquial ocupaba la manzana del que ahora es el edificio prefectural, el de San Agustín una cuadra hacia arriba, sobre la calle Bolívar, el de San Francisco en el edificio del actual Colegio Simón Bolívar, mientras que el de Nuestra Señora de la Merced en lo que hoy se conoce como el convento de San Francisco.

Posteriormente, los religiosos de la Compañía de Jesús edificaron el templo que fue matriz hasta la construcción de la nueva Catedral.

Como pudimos conocer, la presencia de la Iglesia al momento de la Fundación de la Villa de San Felipe de Austria fue muy importante, puesto que se le tomó en cuenta para que este territorio sea bendecido y protegido por Dios, actos que fueron relevantes, antes y después de la constitución de este territorio.

Luego de la fundación se conoció el trabajo en el tema de educación y salud que también fue emprendido por sacerdotes y personal que trabajaba en los templos, apoyando además a las personas que pasaban necesidades, aunque al pasar los años, algunos habitantes mostraron su descontento porque debían contribuir para sostenerlos, sin tomar en cuenta el apoyo brindado a los más necesitados.

Más adelante, se expulsó de la zona a algunas órdenes religiosas pero no por el descontento del trabajo realizado en el lugar, simplemente por problemas políticos que dañaron los resultados obtenidos por la Iglesia.

La fundación de la Villa de Oruro

La fundación de la Villa de San Felipe de Austria, tiene su origen un año antes, en 1605 cuando el cura de Colquemarca, Francisco Medrano y un grupo de españoles por la ambición de riquezas, llegaron a este sector de la Tierra y descubrieron ricas betas argentíferas (plata).

Ese tesoro arraigado a la tierra se encontraba en un cerro de la región de los Urus, que fue bautizado como San Cristóbal. La noticia del nuevo hallazgo corrió entre los españoles que rápidamente poblaron los parajes de San Cristóbal para explotar el codiciado metal de la plata.

En meses, desde su descubrimiento, nació un poblado que estaba bajo la señal de San Miguel, puesto que en el día de ese arcángel se comenzaron a explotar las minas.

Los vecinos de San Miguel pidieron a la Audiencia de Charcas fundada el 18 de septiembre de 1559, la creación de una nueva villa, dirigidos por Don Diego de Medrano. Al aceptar esa solicitud, se envió hasta el asiento de San Miguel al Lic. Don Manuel de Castro Castillo y Padilla para que haga la fundación a las faldas del cerro Pie de Gallo, la Villa de San Felipe de Austria el miércoles 1° de Noviembre de 1606.

El nombre de Felipe, fue en honor al rey Felipe III. El primer alcalde de la ciudad fue el bachiller presbítero, Francisco Medrano. Doce años después de su fundación, la Villa estaba habitada por 1.000 españoles y una gran población de indígenas.

El aspecto urbano fue pobre a un principio, ya que todas sus casas estaban hechas de barro y paja, sin embargo, sin pasar un año de su fundación en el lugar ya habían 700 casas. Medio siglo más tarde, se edificaron iglesias, conventos, como los de San Francisco, Santo Domingo, San Agustín, La Merced, La Compañía y un hospital de enfermos que pertenecía a la orden de los Juandedianos. Hacia el año 1680, la ciudad de Oruro tenía alrededor de 80 mil habitantes.

ACTA

Por azares del destino, LA PATRIA tuvo la fortuna de conocer el acta de fundación de la Villa de San Felipe de Austria, que estaba hace un par de años en exhibición en la Casa Municipal de la Cultura y que hace días atrás aún se encontraba en la oficina del Oficial Mayor de Cultura.

En la tapa, se divisa el escudo de Oruro, elaborado a mano, nos imaginamos que ese objeto fue hecho posteriormente, para guardar el documento sin precedentes.

El acta de la fundación de Oruro, es el documento más antiguo que se tiene de la ciudad de Oruro y que fue encontrado el 2008 en uno de los depósitos de la Alcaldía.

En el reverso de la tapa existe una inscripción que dice: “Primer libro del Cabildo de Oruro 1ro de Noviembre de 1606”.

Al otro lado se halló un legajo de hojas de papel manuscritas que estaban muy bien envueltas en cuero. Las hojas finas, pero desgastadas por el paso inexorable del tiempo mostraban una serie de datos y firmas, evidentemente es el acta de fundación de la Villa de San Felipe de Austria, hoy la ciudad de Oruro.

Revisando el contenido de ese fajo de papel muy valioso para la historia de nuestra noble tierra, la primera hoja amarillenta y partida en la mitad no nos podía mostrar muchos datos, sin embargo, las hojas posteriores ya nos podían ofrecer información de lo que se hacía en aquel tiempo.

Algunas páginas están muy bien escritas con letra al estilo palmer, pero con muy serias faltas de ortografía. Las páginas de ese legajo de papel están separadas por cabildos y el primer cabildo registrado y que además lleva el rótulo de “Primer Cabildo”, fechaba el domingo 29 de octubre de 1606.

La caja que es posterior a la fundación de Oruro lleva además del forro muy bien elaborado en tela de terciopelo, una cinta con los colores de la República de Bolivia, Rojo, Amarillo y Verde, y utilizada cual fuese señalador de las páginas de un libro.

Esos manuscritos eran utilizados como si actualmente una institución usara un acta de reuniones.

Uno de los hechos que nos llamó bastante la atención fue encontrar en medio de esas tantas páginas, una hoja muy amarillenta que para evitar que se destroce más, se pegó un papel más moderno a su época en la parte posterior, pero por lo que pudimos advertir, era la primera página del acta de fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria, que fue corroborada después, con la ayuda del libro de Adolfo Mier de 1906 “Noticia y proceso de la Villa de San Felipe de Austria la Real de Oruro”.

Lo que se pudo identificar en la primera página destrozada y cuyos pedazos también se encontraron dentro de una pequeña bolsa nylon, indicaba:

“Don Felipe, por la Gracia de Dios. Rey de Castilla, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalem, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valenciá, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murcia: de Jaen, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las indias orientales y occidentales, Islas y tierra firme del mar Océano”.

“Archiduque de Austria, duque de Bordoña, Brabante y Milán, Conde de Auspurg, de Flandes y de Tírol y Barcelona, señor de Vizcaya y de Molina &: Por cuanto habiéndose presentado ante el Licenciado Alonso Maldonado de Torres de nuestro Concejo Real de las Indias é Presidente de la nuestra Audiencia é Chancillería Real que recide en la ciudad de La Plata”.

“Provincia de los Charcas del Piru, una petición el año pasado de mil y seiscientos y cinco, por Diego de Medrano, en nombre y con poder de algunos señores y personas que habían acudido al asiento de minas de Oruro, del corregimiento de Paria, en que informaban haber en él mucha cantidad de minas de plata rica, que en tiempo del Inca se habían comenzado a labrar, y que por ser de seguir y de gran consideración, es muy conveniente á nuestro Real Servicio”.

“Se les diesen indios de repartimiento para que trabajasen en ellas, y las beneficiasen; y que se las proveyese de azogue y fuesen ayudados, de que resultaría mucho aumento a nuestros quintos reales”.

Esa es la primera página que se encuentra en el acta de fundación de la ciudad de Oruro, denominada en su tiempo como la Real Villa de San Felipe de Austria.

Más atrás encontramos los autos de la fundación de la Villa de San Felipe de Austria.

“En el asiento de San Miguel de Oruro, miércoles primero día del mes de noviembre, año de nuestra redempción, mil seiscientos i seis, el señor Licenciado don Manuel de Castro i Padilla, del Concejo del Rey de nuestro Señor, en su Chancillería Real de La Plata, poblador é fundador de este dicho asiento, salió de las casas de su morada i con acompañamiento del Capitán Francisco Roco de Villagutiérrez Corregidor i Justicia Mayor de la Provincia de Pária y de muchos vecinos i moradores estantes i habitantes en él fué á la Iglesia Mayor, á donde se dijo la misa del Espíritu Santo cantada, i hubo sermón i después de dicho el credo, bajo del Altar Mayor el sacerdote que la dijo, al lugar donde estaba puesto un sitial con una sobremesa de damasco carmesí i una almohada de terciopelo carmesí, enssima de él i otra á los piés, donde el dicho sacerdote con el misal en la mano abierto i el dicho Señor Licenciado don Manuel de Castro hincado de rodillas le tomó el juramento siguiente:”

“¿Señor Licenciado don Manuel de Castro, Oidor en la Real Audiencia de La Plata, poblador en nombre del Rey, nuestro Señor é por Sancta María su bendita madre, é por las palabras de los santos, cuatro Evangelios é por esta señal de cruz, que hará la población de la Villa que al presente se funda en este asiento como más convenga al servicio de Dios, nuestro Señor i de su Majestad, bien i conservación de los vecinos i moradores i naturales, conforme á su obligación i hará i guardará todo lo que por rrazón de dicho cargo de poblador, debe hacer i cumplir i sí así hiciere Dios le ayude?” – el cual respondió: “sí juro i amén”.

BENDICIÓN

Posteriormente al juramento de Manuel de Castro y Padilla se efectuó la bendición del estandarte.

“Y acabada de dezir la missa el presente bendijo un estandarte de damasco carmesí con las armas rreales i le entregó al dicho Señor Oidor, el cual le tomó i llevó hasta una rramada que se hizo en la plaza, llevando las puntas de él don Gerónimo Ondegardo i Francisco de Medrano, donde llegados, habiendo venido cantando los sacerdotes el himno de veni sancte spiritus, dijo la oración que la iglesia pone para el principio de las congregaciones, i luego los versos i oración de la bendición del lugar donde se fundó la Villa bendiciéndole; “

“é acabada la bendición el dicho Señor Licenciado don Manuel de Castro, enarboló el dicho estandarte tres veces, diciendo en cada una de ellas: LA MUI NOBLE I MUI LEAL VILLA DE SANT FELIPE DE AUSTRIA, POR EL REY DON FELIPE, NUESTRO SEÑOR I POR SUS SUCESORES EN LA CORONA DE CASTILLA I LEÓN I EL PIRÚ; i la última vez dijo: QUE DIOS GUARDE MUCHOS AÑOS;”

“i dijo que tomaba i tomó posesión de la Villa, rreal, actual, juré, dominé vel quasi, poniendola, como la ponía, debajo de la corona Real, obediencia i vasallaje, reconoscimiento i jurisdicción rreal de la dicha corona de Castilla, de León i del Pirú, i en señal de posesión mandó alzar unos palos con que se hizo una horca, i en el uno de ellos hincó un cuchillo que fue la espada del gran capitán Gonzalo Fernández de Córdova i dijo:”

“Que en nombre de su Majestad eximia i eximió esta dicha Villa de la jurisdicción de la ciudad de La Plata, si alguna sobre ella tenía o de otra cualquiera q´ antes que se fundara tuviesse, i en virtud de los poderes que para ello tiene daba é dió á la dicha Villa jurisdicción civil y criminal mero i misto imperio, i lo pidió todo por testimonio, á mi el presente Secretario, i que los presentes sean testigos siendoló el Factor don Diego de Valverde, don García de Paredes i Ulloa i don Juan de la Cueba.- el Licenciado don Manuel de Castro i Padilla.- Ante mí.- Bartolomé Perez de Larrea”.

RASGOS DE LA NOBLEZA EN LA FUNDACIÓN DE ORURO

Si bien en España gobernaba un monarca (gobierno de uno solo), la disposición política en las Colonias, con la existencia de los virreinatos, hizo estatuir un tipo de aristocracia (gobierno de los mejores), cuyo significado era cercano a nobleza, pero no como sinónimos. El significado de la palabra Noble es conocido, deriva de nobilis y ésta de cognoscibilis: conocido. El que una persona fuese noble se relacionó con ser hijo de padres conocidos por sus virtudes, en el ejercicio público de la autoridad. Por lo tanto la nobleza se aplicó a un número reducido de seres. El concepto de nobleza se modificó con las épocas y las regiones. Los conceptos, griego de eupátridas (buenos padres) y el romano patricios, pasaron al pensamiento occidental del Medioevo, y de allí a la España conquistadora. Prácticamente todos los países europeos contaban con noblezas. Podía ser noble el que había servido al rey en las guerras, haber sido ministro o gobernador, hijo legítimo de antepasados hidalgos, había casado con su igual y tener propiedades, preferentemente mayorazgos.

La nobleza de la Colonia provino del mismo estatuto jurídico del que surgió esa jerarquía española. Los primeros aventureros que llegaban de la península traían cualidades las más contrarias a aquélla. Era gente sin educación ni respeto a sus semejantes; considerados como aventureros osados. Más tarde apareció un tipo especial de nobleza que se conoce como hidalguía, en el que el hidalgo o fijodalgo es hijo de alguien, de algún conocido. Los conocidos generalmente habían surgido en las luchas contra los moros y según las leyes se ganaba el título por sus acciones de armas.

El rey se convirtió en fons honorum, fuente de honor, que tenía el poder soberano de otorgar grados de nobleza. Durante la conquista del Nuevo Mundo el rey creaba títulos, otorgaba alcurnia a quienes le parecía, y empezó a otorgar mayorazgos y encomiendas. El primero era un título de carácter perpetuo, o señorío, que creaba un régimen patrimonial y sucesorio especial, el mayorazgo, además de los privilegios y exenciones de que gozaba. Las encomiendas eran el encargo hecho a una persona de ocuparse del cuidado y evangelización de determinado número de indios a cambio de aprovechar su trabajo o sus tributos, el resultado llevaba al enriquecimiento del beneficiario; y generalmente se adjudicaba a los fieles servidores del rey en las batallas. Antes de la Conquista los pueblos prehispánicos tenían un sistema nobiliario que subsistió al ser asimilados por España, los cacicazgos, se fusionaron con los mayorazgos, reconociendo la organización social previa. Desde la Antigüedad, era costumbre que el Estado conquistador reconociera la organización previa del Estado conquistado y se conservaran formas sociales como la nobleza, que retenía tierras y personas. Este dominio fue reconocido por España según la conveniencia del caso, siempre y cuando se mantuviera una relación de vasallo a señor entre los conquistados y el nuevo rey o su representante. Además de los hidalgos a fuero de España, se dieron, con el poblamiento de América, los hidalgos a fuero de Indias. Por eso es que los conquistadores fueron aceptados como hidalgos, aunque muchos de ellos lo fueron ya de sangre por su nacimiento.

Recordemos la diferencia de años entre las fundaciones de Chuquisaca, La Paz y Oruro. Un capitán de Pizarro, Pedro de Anzúrez, hizo la primera entrada hacia el Oriente, pero su operación fue desastrosa y al regresar fundó la ciudad de Chuquisaca al pie de los cerros Churuquella y Sicasica el año 1538. Alrededor del 1544 se efectuó una lucha a muerte entre españoles, en las guerras civiles del Perú, pero volvió la paz después de muchas alternativas bélicas, y fue el capitán Alonso de Mendoza el fundador de Nuestra Señora de La Paz, en el pueblo de Laja el 20 de octubre de 1548. Desde ese día hasta la fundación de la villa de San Felipe de Austria pasaron 58 años. Tiempo suficiente para que en los dos, primeramente indicados, núcleos de población se organizara un régimen de nobleza semejante al de España. Se piensa que en los virreinatos a que correspondían brotaron posiciones homólogas con las peninsulares, y que de allí se hubieran propagado a las ciudades.

Aunque la nobleza altamente privilegiada era la heredada, la principal o calidad excelente no era una clase social cerrada, a ella se podía acceder por el cumplimiento de cargos de gobierno y milicia. En la sociedad colonial se diferenciaba además a los candidatos a hidalgos y a los plebeyos, que podían alcanzar esa calidad por la capacidad para desempeñar funciones en los estrados de la audiencia, en el permiso de actuar como candidatos a alcaldes -aparte del regidor y un hombre noble de los vecinos, en quienes recaía la prerrogativa de ser designados directamente- oficiales o funcionarios que incluso podían trabajar en acciones para la iglesia. Existían pocos puestos y si la gratificación no era grande, se buscaba la exención de algunas gabelas. En 1606, ya estaba pacificado el territorio de Charcas, no podía haber conquistas, y por eso había disminuido la dispensación de franquicias y libertades de hijosdalgo, que se conseguía solamente en los oficios públicos, el lustre y el crédito en una función nombrada por la Corona; se requería por otro lado que no se practicase oficios bajos, artesanales o mecánicos. Hasta ese entonces los méritos de los conquistadores fueron premiados con la adjudicación de tierras o funciones disimuladas como vitalicias.

Por la dinámica social y la presión económica al dominar el comercio, las tierras y, especialmente, la minería, la nobleza regional fue acrecentándose, pues ya no se necesitaban los títulos cuando el dinero mostraba su valor. Este juego de poder fue el que originó la fundación de la Villa de Oruro por la Audiencia de Charcas, cuando se consideraba que pertenecía al Virreinato de Lima. La nobleza, de mayor o menor calidad, de la Audiencia, determinó que uno de sus miembros llegara rápidamente a la región litigante para fundarla como Villa de San Felipe de Austria, escribiéndose el nacimiento de una villa que ya existía anteriormente. El nombre altisonante de ésta aparentaba la legalización de nobleza. Se trata pues de ver si en La Plata existía una nobleza con estamentos definidos, y si, considerando los antecedentes y producción de San Miguel de Oruro, llegó parte de la nobleza para la fundación.

Los grupos que determinan la fuerza real de poder pueden ser reconocidos o claramente negados; pero las realidades sociológicas deben analizarse para que el legislador determine su vigencia. En La Plata existía una jerarquía establecida por normas del rey, desde España, y otra que se fue formando por las influencias sociales y por las profundas creencias religiosas. Militares, profesionales, obispos, que habían sido enviados al Nuevo Mundo, velaban por los intereses reales, y organizaban nuevos grupos de poder, adecuándose a las necesidades de cada región. Es que la cultura aristocrática europea había sido trasplantada y pretendía ser un centro de irradiación moral, religiosa, estética, por la mediación de los criollos ennoblecidos, los teólogos, los funcionarios de la Real Audiencia y los hombres de empresa. Estos últimos, apoyados por la Iglesia, y mejor si contaban con algo que hiciera patente su linaje. La vida práctica en la Audiencia de Charcas se ha debido ver supeditada a un constante afán de buscar un ascenso en el nivel nobiliario, que le proporcionara halagos, honores e ingresos económicos fáciles.

Se ganaban dignidades cuando se aprovechaba de los puestos honoríficos eventuales que permitía al miembro a ocupar un lugar prominente, a organizar fiestas civiles y religiosas, que se efectuaban con gran solemnidad y acompañadas de procesiones en las calles. Toda oportunidad que tenía el caballero para lucir sus condecoraciones y su ropaje suntuoso, toda coyuntura que le hacía ganar méritos. Ya se vería en la villa de Oruro que cada comienzo de año, significaba la ocasión para cumplir estos detalles, en la elección de nuevos alcaldes, y tenían a la disimulada que invertir dinero, pensando que de salir gananciosos sería con un usufructo, sin ocuparse de asuntos prosaicos como trabajar.

La aldea de San Miguel, ganando notoriedad, debía tener la aceptación legal de la Corona para que se pudiera enviar mitayos desde distintas regiones. Por entonces falleció el Virrey de Lima don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, y la Audiencia de aquella ciudad se hizo cargo del gobierno; la Audiencia de la Plata actuó entonces rápidamente para afirmar la soberanía sobre ese territorio. En los autos españoles se anotó: “...en nombre y con poder de algunos señores y personas que habían llegado al asiento de minas de Oruro, en que informaban haber en él mucha cantidad de minas de plata rica, que por ser de seguir y de gran consideración, es muy conveniente a nuestro Real Servicio, se les diesen indios de repartimiento para que trabajasen en ellas, y las beneficiasen […] por dicho nuestro Presidente e Oidores se dio comisión al capitán Gonzalo de Paredes Hinojosa, Corregidor de la Villa de Salinas Riopisuerga, para que fuese al dicho asiento y llevase consigo a Diego de Velasco, persona de conocimiento de minas y metales y viesen de la calidad […] y en virtud de la dicha comisión...” se decretó con los pasos legales del caso que en la aldea existente de San Miguel de Oruro se produjera la fundación de una villa con nombre nuevo para halagar al soberano Felipe III y evitar, bajo este real amparo, cualquier desentendimiento emergente de la osada fundación.

El Oidor de la Audiencia de Charcas, Licenciado Manuel de Castro y Padilla, con una Resolución dictada por ese Tribunal, y cumpliendo una obligación de nobleza, viajó a Oruro a fundar una villa española en un lugar próximo a las excavaciones que en 1595 habían descubierto la plata ya explotada por el imperio incaico. Recorrió con su cohorte de escribanos los cuatro cerros prometedores, observando interesadamente las minas y las vetas; determinó que los factores económicos, exigidos por la Corona para someterlos a su beneficio, estaban muy por encima del nivel requerido y resolvió cumplir el mandato de la Audiencia de Charcas, conviniendo en fundar una población al pie del cerro aparentemente más accesible “en nombre de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de su benditísima Madre la Virgen Santa María, a quien tomó por mediadora y patrona” (sic). Así devino el cerro Pie de Gallo en cuna de una villa que debería adaptarse a las disposiciones urbanísticas, de exploración y de gobierno, dispuestas desde centurias por las cortes españolas. Buscó el mejor terreno para fijar en ella la plaza central, alrededor de la cual debían levantarse, en el futuro, las casas de oficiales peninsulares y el Cabildo. En otras regiones repartió los solares para los distintos conventos de acuerdo con la antigüedad universal de las órdenes religiosas, para el hospital, y para los habitantes europeos las zonas periféricas. (A. Gamarra Durana: Panorama del acontecer heroico en Oruro. 1998).

Y fue que un miércoles 1º de Noviembre de 1606 este señor Licenciado, en sus altas funciones de Canciller Real de La Plata y miembro del Concejo del Rey Nuestro Señor, acompañado del capitán Francisco Roco de Villagutiérrez, Corregidor y Justicia Mayor de la aldea y provincia de Paria, y de muchos habitantes y llegados, se fueron en cortejo hasta la iglesia grande donde se dijo la misa del Espíritu Santo, con los cantos rituales acostumbrados y sermones. Allí, postrado de rodillas ante la cruz del Redentor, prestó atención proba a las exhortaciones del Vicario de Cristo y sobre todo al requerimiento final que decía: “Por las palabras de los santos cuatro Evangelios y por esta señal de la cruz, que hará (el Licenciado) a la población de la villa que al presente se funda en este asiento, como más convenga al servicio de Dios y de su Majestad, bien y conservación de los vecinos y moradores, conforme a su obligación y hará guardar todo lo que por razón de dicho cargo de poblador debe hacer cumplir, y si así lo hiciera Dios le ayude”. Juró solemnemente.

“Acabada de decir la misa, el preste bendijo el estandarte de damasco carmesí, con las armas reales, y le entregó al dicho señor Oidor”. (Entrecomillado es del Acta de Fundación). Con el alarde correspondiente subió a una explanada de la plaza, enarboló el dicho estandarte tres veces, y entregó la población nueva y sus áreas de influencia en total vasallaje a la corona española con esta proclama: “La muy noble y muy leal villa de San Felipe de Austria, por el rey don Felipe y por sus sucesores en la corona de Castilla y León y el Perú... la pongo debajo de la corona real con obediencia y vasallaje, reconocimiento y jurisdicción de la dicha corona de Castilla y de León”. Y mientras los espectadores, admiraban la opulencia de los trajes de los colonizadores y curas españoles, los peninsulares contentos por sentirse protegidos por las leyes, los originarios de esta tierra mohínos por la curiosidad y la desatención de un suceso extraño a sus costumbres, mandó alzar unos palos con los que se hizo una horca, y en uno de ellos hincó un cuchillo que representaba la espada del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdova, en evidente simbología de posesión de conquista y de que ésta se mantendría insobornable con la eliminación inclusive de las vidas, ahorcadas o acuchilladas, de los naturales que se opusieran a ella.

El curioso hecho de que sobre una población ya existente, se fundase con pompa exuberante otra población, legal para la Audiencia, discutida por el Virreinato de Lima, descubre que esta fecha de 1606 es inoportuna para la historia. La insigne delegación de la Audiencia de La Plata cumplió con las funciones encomendadas: religiosas con el boato eclesiástico de una misa excepcional, la demostración marcial de la prepotencia del conquistador al actualizar en la Plaza las normas militares sobre los todavía sumisos habitantes. Actuaciones, declaraciones y símbolos, que impresionaron a mucha gente, y sirvieron para quedarse por mucho tiempo.

Esto ocurrió con la fundación. Conformada la sociedad sobre valores nobiliarios, hacían valer sus méritos ante el rey para ganar hipotéticamente algunas órdenes. Se mantenía la idea de ser fiel al rey, practicar la fe católica y afirmar las extensiones de dominio de los iberos. La política imperial hispana estaba compenetrada con la revelación cristiana. Accedía el fundador a un puesto público de elevado rango, nombró en cargos menores, desde alguaciles a secretarios, y todos ellos consideraban que adquirían los mayores honores. No todos los nobles eran ricos, pues muchos pasaban severos apuros por confiar el manejo de sus patrimonios a administradores inescrupulosos: porque no pagaban los impuestos que requería la posesión del título; las más de las veces, por los largos juicios entablados entre ellos y por distintos motivos. La comitiva acompañante de Castro y Padilla ha debido de contar con muchos de ellos que querían resarcir sus pérdidas. El mismo sufrió cuando abandonó La Plata con “gran costo de su hacienda, salud y vida”.

En cuanto se asentaron los cimientos gubernamentales y administrativos del virreinato aparecieron grupos de poder y cabecillas que obtuvieron privilegios de la Corona como compensación por el apoyo que brindaban al rey. Todo lo que pensaban era que lo ostentoso adornaba el honor con elegancia, y con símbolos de lujo y poder, los que se utilizaban en toda ocasión para consolidar la nobleza entendida por ellos.

DE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA DE SAN FELIPE DE AUSTRIA DE ORURO EN 1606 A LA CONFIRMACIÓN DE LA FUNDACIÓN EN 1610

ANTERIOR A LA FUNDACIÓN

Inicialmente era conocido como Asiento de minas de Uru Uru y dependía del corregimiento de Paria, era un caserío habitado por algunos españoles, criollos e indígenas que laboraban en las minas del lugar que al parecer ya habían sido trabajadas en tiempos del inca. Francisco de Medrano, cura de Corquemarca, re-descubridor de los ricos cerros argentíferos decide poner el lugar bajo la protección del Arcángel San Miguel y de esa manera se le conoce como Asiento de minas de San Miguel.

El año de 1605 en reunión de vecinos se decide enviar a Diego de Medrano, “principal descubridor y poblador de estas minas”, hermano del sacerdote Francisco de Medrano, para solicitar a la Audiencia de Charcas, autorización para la fundación de una villa en el lugar y que se le pueda asignar un repartimiento de indios para el laboreo de las minas. Diego de Medrano encuentra al Presidente de la Audiencia de Charcas Don Alonso Maldonado de Torres en Potosí y le hace entrega del documento petitorio de los vecinos mineros orureños. Dispone la visita del Capitán Gonzalo de Paredes Hinojosa, Corregidor de Mizque, acompañado del experto en minería Diego de Velasco para inspeccionar y confirmar sobre la riqueza de las minas de San Miguel, según decían mejor que las de Porco y Berenguela. Esta pequeña comisión arriba al asiento minero en mayo de 1605, recorriendo los cuatro cerros del lugar de donde extrajeron muestras de las vetas, el resultado de los análisis del mineral confirmaron la pureza del mismo, motivando que su informe resulte favorable para la recomendación de la fundación de una villa. El Presidente de la Audiencia eleva el informe al virrey Gaspar de Zuñiga y Acevedo, el que por entonces se encontraba enfermo y fallece el 10 de febrero de 1606 paralizando todo trámite al respecto de la fundación. Asume el cargo el decano de los Oidores de la Audiencia de Lima Don Diego Núñez de Avendaño que al parecer estaba de común acuerdo con la opinión del fallecido virrey de que la fundación solicitada podía afectar los intereses de los mineros potosinos.

PODERES AL OIDOR CASTRO Y PADILLA PARA LA FUNDACIÓN

Ante la demora e indecisión de Núñez de Alvarado, la Audiencia Charquense, decidió autorizar en ejercicio de su gobierno la fundación designando al Oidor Manuel de Castro y Padilla, se le otorgó poder comisión y facultad, le acompañarían un escribano Bartolomé Pérez de Larrea y un alguacil los cuales arribaron a San Miguel a finales de julio de 1606. En los meses siguientes, los urbanistas Álvaro de Moya y Pedro Maleto efectuaron el nuevo trazado de la futura villa, ordenando la demolición de todas las viviendas anteriormente erigidas para dar paso a calles y plazas con nuevas normas, concluyéndose el 29 de octubre.

Se dictó el Auto de Fundación y su pregón con fecha 1 de noviembre de 1606, determinándose que la nueva villa lleve el nombre del Rey Felipe III.

LA FUNDACIÓN Y POSTERIOR ANULACIÓN

El joven Oidor Manuel de Castro y Padilla se dirigió a la iglesia del lugar acompañado por el vicario Martín Abbad Usúnsulo, el corregidor de Paria capitán Francisco Roco de Villagutiérrez, Francisco de Medrano, Gerónimo de Ondegardo, Alvarez de Nava Revolledo y vecinos notables como los otros hermanos Medrano, Castro y Padilla tomó el juramento de fundación en nombre de la Religión Católica y del Rey. Alzó por tres veces el estandarte Real damasco de color carmesí con las armas reales, expresando: “La muy noble y leal villa de San Felipe de Austria, por el Rey Don Felipe, nuestro señor y por sus sucesores en la corona de Castilla y León y el Perú”. Quedando de esta manera la villa con la protección de la corona real en obediencia y vasallaje. Se designó como sus primeras autoridades: Alcalde Ordinarios Gerónimo de Ondegardo y Francisco de Medrano; Alférez real Alonso de Mendoza Hinojosa; Alguacil Mayor Manuel de Torres Villavicencio; Fiel ejecutor Juan Bilbao de Escuriaca y Regidores veinticuatro al capitán Pedro de Leguí, Hernando Alvarez, Martín de Butrón, Francisco de Encinas, Francisco Marmolejo, Andrés Vela, Julián de la Carrera y Francisco de Alcedo. Como Procurador General Diego de Medrano, Mayordomo de Rentas Alonso Alvarez de Nava Revolledo y se ratificó como escribano público y de Cabildo a Bartolomé Pérez de Larrea. Finalizaba aparentemente un largo trámite de 18 meses, el flamante Cabildo presenta un memorial de 17 puntos al fundador de la villa, como declaración de hijosdalgo a los españoles y vecinos presentes en la fundación, asignación de tierras, creación de impuestos, etc.

La Audiencia de Charcas, informa de la creación de la villa al rey el 13 de marzo de 1607. Ese mismo año el Consejo de Indias emitía su fallo sobre el conflicto de poderes entre las audiencias de Lima y de Charcas, a causa del fallecimiento del virrey Gaspar de Zuñiga y Acevedo. La Audiencia de Charcas debía obediencia a las disposiciones y debía someterse a la autoridad de Lima. A la vez se nombraba nuevo virrey en la persona de Juan Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros que ordena la anulación de la fundación de la villa de San Felipe de Austria, a la vez impone multas de 1000 pesos ensayados de plata al Presidente y magistrados de la audiencia de Charcas

CONFIRMACIÓN DE LA FUNDACIÓN Y ALGUNAS CARTAS DE 1607 Y 1609

La Audiencia de Lima, destaca al corregidor de La Paz Diego de Portugal como visitador y verificar en el terreno si la fundación se justificaba. Su conclusión final era de que deberían mantenerse las construcciones de casa e iglesia y de que el rendimiento de las minas eran buenos y que favorecían a los ingresos de la corona. Durante su estadía que duró hasta 1608 ordenó la apertura de las cajas reales, se auto-nombró corregidor de la villa y su informe fue decisivo para que se confirmase y refrendase la fundación de la villa de San Felipe de Austria el 25 de octubre de 1610. Esta confirmación era del virrey, la confirmación real o del rey era otro proceso donde se imponía un alto pago que al parecer las autoridades de entonces no lo pudieron efectuar, solicitándose el año de 1804 al rey Carlos IV confirme la fundación. Los sucesos conocidos de años más adelante al parecer impidieron este propósito. Al parecer por su efectiva labor Diego de Portugal es nombrado después Presidente de la Audiencia de Charcas.

En el Archivo Histórico Municipal de Oruro, bajo el título de 60 cartas y un exhorto, hallamos algunos testimonios históricos que nos parece necesarios rescatar, se encuentran firmados por Alonso Maldonado y Torres los años de 1607 y 1609.

1.-“Una carta de VsMs. de 26 de agosto recibí con el tiempo del alcance que se hizo de la Real Alcabala a Don Gerónimo de Ondegardo Administrador de ella en este asiento, y conforme lo que su Majestad tiene mandado por su real arancel los que debe entregar luego en esa Real Caja y no será justo que se dé lugar a otra cosa. Pues ninguna otra orden puede alterar lo que su Majestad y la razón tiene dada y VsMs por su persona pudieran administrarla y cobrarla como se debe, como negocio puesto a su cargo. Lo podrán saber, por excusar gastos a la Hacienda con sólo pagar sus dineros a los que la cobrasen, dando cuenta de lo que se sugiere a la Real Hacienda de Lima y que yo también la daré de lo que convendrá, proveen ello y si el administrador se excusare todavía de pagar lo que debe ser a que a su costa cobre este alcance y lo meta en la Real Caja”.

“En lo que toca a la cobranza de los tributos que deben pagar los yanaconas de la villa quedaran VsMs la orden que en esta dada por los S.S Visorreyes sin que haya remisión en ella pues es cosa a su cargo y el corregidor no sé yo que orden tenga para impedir estas cobranzas y es bien ir dejando de todo a aquellos S.S. de Lima para que procedan lo que más convenga a la buena administración de su Real Hacienda. Proceder en ello con la diligencia y cuidado que se debe y que nuestros señores Ms pueden”.

“Si las cosas del trajín no hubiesen sido ayudados de mi parte con tantas veces por lo que conviene a favor de su Majestad no se hubiera sido posible pasar por el adelanto de la gloria que le tiene y así se debe confederar esto para cuántas ocasiones se compare esta causa acudiendo particularmente a la paga de los fletes que en esa caja se han mandado pagar de la traída del azogue, no embargarse si no hay en ella plata procedida del género y que siendo deuda deja malestar y queja de pagar, quiera que haya es justo se escude en ella como Vs S.S. mandará hacer avisándome de ello en la primera ocasión a VsMs”.

Firmado: Alonso Maldonado de Torres

2.- “En cumplimiento de lo que ha mandado poner provisión de la Real Audiencia Don Pedro de Guáscar en nombre de la señora Elvira Manrique a entregar a VsMs los quinientos quintales de azogue y se han de repartir en ese asiento y que hace a todas costas se ha de pagar el flete por las dichas personas en quién se han de distribuir conforme a lo que está tratado. Para por cantidad de azogue que a cada uno se diere mandaron VsMs que ello se cumpla así con puntualidad de los minerales y que por esta causa no se detenga. Por la mucha falta que hace a los negocios del trajín al que habiendo hecho la entrega de los quinientos quintales se podrá dar carta de pago al pie de dicha Real Provisión y entregárselo originalmente para su descargo quedando por estado autorizado con esa Contaduría que lo tengo que encargar a VsMs, es que hay que ver cómo y en quién se reparte ese azogue, que sea a los verdaderos dueños de minas e ingenios y con mucha seguridad de la Hacienda de su Majestad que aunque por encargo y riesgo de VsMs me ha parecido admitirlo por ser ese asunto de población nueva y con que ellos están ahora asentados en las haciendas de los vecinos del todo cargadas ni saneadas, que aún aquí se ofrecen muy grandes dificultades con haber tantos años que se fundó la tal villa y no he visto casa de VsMs de lo que han hecho deponer que comenzaron a usar de sus oficios y del estado. La hacienda de su Majestad en que tuve entendido se le hubieren dado a mí como lo es suyo. Por el cargo de Presidente recibí las cartas de Vm del 13 y 27 del pasado y con la primera las informaciones sobre lo tocante a Don Joan Poma Catari y se le ha negado de encender por ellas estas sus culpas de la capitanía, aquí procede con mucho cuidado y puntualidad en su capitanía de la mita que es de estimar mucho en cuyos corregimientos tan quebrado anda sobre lo tocante a la cobranza de las tasas de yanaconas de la villa y remate de las minas de su Majestad, se enviará resoluciones y orden en su correo extraordinario que partirá de aquí dentro de pocos días y que dé a VsMs, muchos años de paz”.

Firmado: Alonso Maldonado de Torres

3.- “Recibí la carta de VsMs de 23 de noviembre con el testimonio del remate de la minas de su Majestad que visto con las causas que VsMs dicen parecieron justas para no tratar de volverlas a sacar al almoneda, no tendré que decir pues VsMs habrán mirado bien como quién lo tiene preferente, pueda ponerlo al servicio de su Majestad y aún de la Real Hacienda, también recibí el testimonio de lo que han montado los puntos que es buena cantidad. Si con ello se hubiesen ahorrado los promedios de azogue que se han dado a los mineros, que si esto faltase, para que luego en esta armada se pueda hacer cuenta, no se enviaría más plata, pues casi monta lo que se debe tanto como los puntos, y porque cada que es del cargo de VsMs se haga luego la diligencia para convertirse en la cobranza, y cuando se requiera en la caja del servicio de su Majestad y que por este año ha de salir la plata por ser los últimos de febrero, desde luego la vayan recogiendo, y que la forma que ha de tener en cuenta es llevarla desde esta villa a Arica y se enviara”.

“He deseado mucho se socorra con azogue de este asiento y a los oficiales reales les ha parecido no tenerlo para darlo y que es necesario orden del visorrey con que han estrechado la mía significándome como me consta lo poco que hay y que ha de faltar para Poopó se suele repartirá esa villa para el beneficio de los metales, con que han de pagar los mineros de lo que deben afirman que han dado, que se verá que se puede hacer, y guarde nuestra Señora a VsMs”.

Firmado: Alonso Maldonado de Torres 15 de Diciembre de 1609.

FUENTES:

Archivo Histórico Municipal de Oruro.

El fundador Manuel de Castro y Padilla


Rvdo. Francisco de Medrano, primer poblador


Acta de fundación de la Villa de San Felipe de Austria