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domingo, 4 de agosto de 2013

José Mújica Mier un orureño que se inmortalizó en Tarija a través de sus obras

"Nadie es profeta en su tierra", es una frase muy cierta y que inexplicablemente se cumple pues mucha gente que se ausenta por cualquier situación de su tierra natal, resulta que brilla en el lugar donde lo acogen.

Se conoce que muchos orureños ocupan cargos de importancia en otras ciudades e incluso fuera del país, quienes aportan mucho con sus conocimientos y capacidades intelectuales, además de su producción artística, cultural, entre otros.

Y es importante que el pueblo conozca a estos hombres que tienen el orgullo de decir que son orureños donde quiera que vayan, demostrando que esta tierra es cuna de los mejores artistas, deportistas, etc.

Es así que diversas son las circunstancias que obligan a algunas personas a alejarse de la ciudad en la que nacieron, renunciando a la familia, amigos y costumbres, que dejan profunda huella en el corazón de quienes tuvieron que partir para buscar mejores días en lugares en los que, a través de esfuerzo y voluntad de trabajo, se forjan derroteros de reconocimiento y agradecimiento por la labor desplegada a favor de la sociedad que los alberga.

Ese es el caso del profesor José Santos Mújica Mier, que desde su amada Machacamarca, se trasladó muy joven a Tarija, ciudad en la que desplegó una intensa actividad artística desarrollando sus singulares habilidades en el campo de la escultura y la pintura, que le hicieron merecedor de distinciones de parte de autoridades e instituciones del medio, que de esa manera reconocieron su fecunda labor en el campo del arte en el que son pocos los dotados para convencer y llenar los ojos de los críticos.

Para conocer a este destacado orureño, José Santos Mujica, el periodista también orureño, pero radicado en Tarija, Roberto Rodríguez Aguirre brindó vasta información de su coterráneo, a quien conocía y estimaba bastante.

Rodríguez cuenta que José Mújica nació en Machacamarca de Oruro el 1 de noviembre de 1937, desarrollando desde niño habilidades en el dibujo y la escultura, que más tarde lo decidieron a estudiar en las escuelas de artes plásticas de Oruro y Santa Cruz; su vocación pronto lo llevó a inclinarse por la docencia, habiendo impartido sus conocimientos en escuelas de varios centros mineros y en el prestigioso y centenario Colegio Nacional Simón Bolívar de la ciudad del Pagador.

Su llegada a la ciudad de Tarija se produjo el año 1967, respondiendo a una invitación formulada por el entonces alcalde municipal Lisímaco López, quien mediante ordenanza municipal, le dio el cargo de docente en el Instituto Superior de Educación Rural, situación que lo llevó más tarde a formar parte de los planteles de profesores de prestigiosos colegios secundarios, entre ellos el Liceo de Señoritas Tarija "Avelina Raña", "Eustaquio Méndez" y otros.

La necesidad de contar en Tarija con una institución destinada a impartir arte y cultura, hizo que Santos Mújica impulsara la creación de un instituto de artes plásticas, objetivo que se ejecutó gracias a las gestiones que realizó la alcaldía municipal, logrando que el 15 de abril de 1968, mediante decreto supremo emitido por el Ministerio de Educción, se autorice el funcionamiento de la Escuela de Bellas Artes, que en la actualidad lleva el nombre de este notable artista, como un justo homenaje a este orureño que triunfó lejos de la tierra que lo vio nacer.



SU OBRA

Hablar de José Santos Mújica y su obra resulta difícil, señala Rodríguez, pues a lo largo de su vida, una vez que se inclinó por la escultura, su producción alcanzó niveles extraordinarios, encontrándose sus trabajos en monumentos destinados a enaltecer y recordar a personajes notables de nuestra historia y de países vecinos; en efecto, sus trabajos se encuentran en ciudades como Cochabamba, especialmente en Tarija, donde casi la totalidad de sus trabajos adornan plazas y paseos, de la capital y sus provincias, habiendo también alcanzado su producción a varias ciudades del norte argentino.

Entre sus obras más importantes se menciona a las esculturas de los 12 apóstoles, al ingreso del cementerio de la ciudad de Cochabamba, en Tarija se encuentran los monumentos de Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Luis de Fuentes y la notable escultura dedicada a recordar a los Héroes de la Guerra del Chaco, en San Lorenzo está la colosal escultura de Cristo y la dedicada al prócer Eustaquio Méndez; en Villamontes destaca el monumento dedicado a los héroes que participaron en la contienda bélica con el Paraguay.

"Resulta importante destacar, que el legado de este gran artista orureño, se encuentra no solamente en su vasta como extraordinaria producción, sino en uno de sus hijos, el arquitecto José Mujica Balderrama, que utilizando el mismo estudio que utilizó su padre, se encuentra empeñado en seguir los pasos, quien partió para encontrase con el Señor el 19 de mayo de 2001, dejando un vacío imposible de llenar, sin embargo, dejó plasmada en cada una de sus obras, el temple y la personalidad de quienes nacen en la alta tierra de los urus", expresa el periodista orureño.

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