Oruro recuerda hoy 230 años del primer grito libertario de América, que se dio el 10 de Febrero de 1781, cuando insignes hombres como los hermanos Rodríguez, el valeroso Sebastián Pagador y el indígena Santos Mamani, levantaron al pueblo de la Villa de Oruro en contra de los chapetones europeos.
Es una fecha muy esperada por todos los orureños, no sólo de quienes habitan este territorio, sino también de aquellos que se encuentran en el interior y exterior del país, porque recuerdan con orgullo que aquí germinaron las ideas revolucionarias para alcanzar la libertad.
Esos atisbos que datan de 1739 con el Manifiesto de Agravios de Juan Vélez de Córdova, se expandieron más allá en lo recóndito del mundo. Esta tierra, que enamoró al europeo por sus riquezas y cuya ubicación geográfica, ha sido siempre estratégica, fue considerada desde siempre como un bastión de la economía.
No por algo, los españoles vinieron a fundar la Villa de San Felipe de Austria en 1606. A partir de ese momento, quienes habitaron este territorio comenzaron a forjar el destino de una región próspera, pero siempre, con habitantes que tenían en la mente ideales de libertad.
El 10 de Febrero de 1781, no es fruto de la causalidad, sino que fue la culminación de un periodo, en el que mestizos, criollos e indios se unieron para construir o por lo menos, colocar los primeros cimientos de una Patria unida. Este hecho lo podemos develar en la proclama de Sebastián Pagador, quien contagia a los revolucionarios, ese amor por tener una Patria, libre e Independiente.
PROCLAMA
"Amigos, paisanos y compañeros: Estad ciertos de que se intenta la más alevosa traición contra nosotros por los chapetones; esta noticia acaba de impartírseme por mi hija; en ninguna ocasión podremos dar evidentes pruebas de honor y amor por a la Patria, sino en esta. No estimemos en nada nuestras vidas, sacrifiquémoslas en defensa de la Patria, convirtiendo toda la humanidad y rendimiento con que hasta aquí hemos sufrido la traición de los chapetones, en ira y furor, para despedazarlos y acabar, si es posible, con esta maldita raza".
Los héroes del 10 de Febrero, después de entregar su espíritu de libertad fueron traicionados, juzgados y muertos en Buenos Aires.
DESARROLLO
Murieron esos valiosos hombres, pero jamás murió ese espíritu de libertad, que siempre estuvo acompañado de arduo trabajo de los habitantes de la Alta Tierra de los Urus.
Como decía Luis Mendizábal Santa Cruz, "Oruro eres la enamorada del gringo y del gitano" y fue así que esta tierra bendita enamoró a más de un extranjero, quienes apostaron por el desarrollo de esta región y la convirtieron en una cosmopolita.
Las primeras décadas del siglo XX, Oruro se convirtió en una ciudad pujante y fue la envidia de otros departamentos, por gozar antes que todos, de una serie de servicios y adelantos tecnológicos.
A lo largo de su historia, Oruro fue el centro del pensamiento revolucionario, pero también fue el centro de la economía nacional, cuyo pulmón salvó al país en más de una oportunidad, de la hecatombe.
Lamentablemente, si bien ahora no se ha perdido el espíritu de la revolución, sus habitantes perdieron el cariño por su tierra, y se hicieron contagiar del letargo que deja el invierno.
En las últimas horas, fueron varios los discursos que pidieron a los orureños que despierten de ese adormecimiento y de una vez por todas, con el "Poder de tus Brazos", nuevamente levantemos a este departamento a un desarrollo y progreso a la altura de los tiempos modernos que vive el mundo. ¡Salud y gloria a los protomártires!, ¡Viva el 10 de Febrero de 1781! ¡Viva Oruro!
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