lunes, 12 de septiembre de 2016

Orureños aseguran que aportan con empresas y profesionales

La mayor parte de los miles de orureños que llegaron a Cochabamba a partir de los años 70 están asentados en Villa Sebastián Pagador, al sur de la ciudad, donde han intentado replicar su ciudad natal.

El Censo de 2012 da cuenta de que en la Llajta viven 63.016 orureños, la mayor parte en esta villa.

El presidente del Centro de Residentes Orureños en Cochabamba, Javier García Barrios, afirma que además de Villa Sebastián Pagador, sus paisanos están distribuidos en otros sectores de la ciudad.

Confirma que los orureños que se han asentado en Villa Sebastián Pagador han traído consigo su cultura, costumbres, música y platos típicos de su región. Una plaza y un mercado llevan el nombre de 10 de Febrero, fecha en la que festejan su aniversario.

EMPRESAS

Los orureños que viven en Cochabamba aportan a su desarrollo con emprendimientos que han iniciado hace muchos años.

García afirma que los empresarios orureños generan fuentes de empleo con sus empresas y los profesionales contribuyen con su trabajo.

“El orureño es una persona muy trabajadora, honesta y le gusta ayudar a sus coterráneos”.

García nombra como ejemplo a Abdías López, una persona emprendedora y que se ha convertido en un protagonista del desarrollo de Cochabamba.

Puntualiza que los orureños retribuyen a Cochabamba con su esfuerzo, trabajo y el pago puntual de sus impuestos.

PROFESIONALES

Giovanni Picolominy es un orureño que vino a estudiar Comunicación Social a la Universidad Católica, en 1991, y el destino quiso que se quedara en Cochabamba.

Picolominy, quien se considera un orureño de cepa, es muy agradecido con la Llajta por haberlo acogido “gentilmente” y darle la oportunidad de formar un hogar.

Llegó a Cochabamba a los 17 años y se instaló en la calle Nataniel Aguirre y Punata, donde pudo conocer, de primera mano, la cultura gastronómica de esta ciudad, cerca de La Cancha.

Él se considera afortunado porque en la Universidad conoció a un grupo de amigos que hicieron de guías para que visitara las provincias más importantes de Cochabamba y sus fiestas patronales.

En cuanto a su aporte profesional, Picolominy trabajó durante 13 años en la Defensoría del Pueblo, 6 de ellos en Cochabamba. Gracias a esta institución pudo llegar a los municipios más pequeños y alejados de la capital para ayudar a sus pobladores.

Actualmente es docente en la Universidad Mayor de San Simón en Comunicación Social.

Martín Fernández es otro orureño que llegó a Cochabamba hace una década y se estableció en el municipio de Colcapirhua. Había venido para estudiar auditoría y tenía toda la intención de regresar a su tierra.

Sin embargo, asegura que la Llajta terminó seduciéndolo, especialmente por su clima, comida y las oportunidades de trabajo que se le abrieron cuando terminó de estudiar.

En Colcapirhua conoció a su actual esposa, con quien contrajo nupcias y tuvo su primer hijo, Ariel, que cumplió tres años en agosto pasado.

Al igual que Martín, muchos de los orureños migran a Cochabamba para estudiar, destaca Javier García.

GASTRONOMÍA

El cordero que se prepara y sirve en restaurantes como la Quinta Moreira es un motivo de orgullo para los residentes orureños en Cochabamba.

García afirma que además de la Quinta Moreira, el Nayjama es otro restaurante, en Tiquipaya, muy popular entre los orureños y cochabambinos.

Menciona también que los famosos chorizos de la ranchería (una zona del centro de Oruro) se venden ahora en La Cancha y es uno de los negocios más visitadas por los orureños que sienten nostalgia por su tierra, y por los cochabambinos que les gusta esta comida.

SUS DANZAS

Si se habla de cultura, García menciona inmediatamente a la diablada y al Carnaval de Oruro que se replican en diferentes espacios de Cochabamba.

El 10 de febrero pasado, por ejemplo, el Centro de Residentes Orureños organizó conjuntamente con la Alcaldía una exposición de máscaras, caretas y trajes de diablos, que fueron traídos desde Oruro, una colección del historiador Jorge Vargas Lusa.

Los residentes orureños hicieron también una presentación de sus danzas en El Prado y un desfile cívico por su aniversario.

García destaca que los residentes orureños realizan también actividades para ayudar a las personas que tienen algún problema de salud. Para este efecto organizan kermeses y eventos musicales.

Los orureños tienen además el Comité de Damas que se ocupa de realizar diversas actividades de beneficencia.

Llegó para estudiar y luego formó su hogar

Al orureño Giovanni Picolominy Rojas le atrajeron siempre las actividades relacionadas con el periodismo, motivo por el cual se animó a migrar a Cochabamba, para estudiar Comunicación Social en la Universidad Católica Boliviana, en 1991.

Picolominy puntualiza que en su natal Oruro no había esta carrera en esa época.

Les gusta la comida de Cochabamba

Los orureños disfrutan de la comida de la Llajta y han asimilado bastante bien su gastronomía.

El presidente del Centro de Residentes Orureños, Javier García, asegura que algunos de sus paisanos que vuelven a su tierra se han llevado consigo una idea de negocios en base a la comida que han aprendido a cocinar en Cochabamba.