jueves, 18 de noviembre de 2010

Oruro produce más del 90 % de la sal que se consume en Bolivia

Más del 90 por ciento de la sal que se consume en Bolivia, es producida por las empresas salineras del Departamento de Oruro, informó el presidente de la Asociación de Industriales Salineros de Oruro, Héctor Loayza Cartagena.

Indicó que el consumo nacional de sal es de 30.000 toneladas al mes y de las mismas en Oruro se producen 28.000 toneladas, es decir, el 93,3 por ciento.

Los salineros se reunieron con las autoridades del Servicio Departamental de Salud (Sedes), a quienes les hicieron conocer sus demandas para el cumplimiento de las normas que rigen esa producción.

Una de las principales observaciones fue sobre la carencia de yodo, para la correspondiente yodación de la sal; sin embargo, se les explicó que no hace falta más que la directiva de la asociación gestione la importación directa del yodo.

Además expresaron la necesidad de que los controles funcionen de forma adecuada, con el fin de garantizar la producción de sal de manera correcta y en beneficio de la población.

“Estamos haciendo la denuncia de que existen empresas de sal clandestinas, esperamos que se nos escuche, y que también se nos provea del yodo, porque resulta que nos controlan si la sal está yodada, pero no nos proveen de ese elemento”, manifestó Loayza.

Asimismo, reclamó que existen normas que se les impone, es decir, no se consulta a ese sector para consensuar las normas que los van a regir.

Sin embargo, las autoridades se comprometieron a tomar en cuenta todas sus sugerencias, para poder realizar la recalificación, que desde el Ministerio de Salud se dispuso a todas las salineras.

Loayza informó que la sal que procesan proviene de Coipasa que se asegura es una de las mejores sales, además de Salinas de Garci Mendoza y también de Uyuni.

Son diferentes productos los que se procesan en las salineras de Oruro, como la sal fina, de consumo humano, sal para ganado, sal en bloque, sal industrial, incluso se tiene sal para artesanías, sal para diabéticos y sal para los spas.

Nosotros somos 14 molineras asociadas hay otras que no están asociadas incluso son clandestinas, de ellas no garantizamos nada, dijo.

El precio de la sal, según Loayza, es bajísimo y accesible para la población, pero los que hacen subir el precio son los intermediarios, pues un paquete de 40 kilos de sal fina de mesa procesada está en 20 bolivianos, entonces el kilo estaría a 50 centavos, pero en el mercado se observa que se vende a 1 o 1.50 bolivianos.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Hace 200 años Ejército boliviano fue creado en campos aledaños a Oruro

El Ejército de Bolivia que el domingo celebró el Bicentenario de su creación con un inédito homenaje que se replicó en las nueve ciudades capitales del país, según datos oficiales recogidos por medios de comunicación, fue creado el 14 de Noviembre de 1810 en los campos de Aroma, aledaños al departamento de Oruro, donde tuvo lugar la primera batalla contra tropas españolas.

A partir de esa fecha se desencadenaron 15 años de sangrientas luchas por la Independencia de Bolivia, que consolidaron al Ejército en base tres armas: Infantería, Caballería y Artillería, apoyados por tropas auxiliares y de servicio.

La cronología descrita por la agencia gubernamental ABI, narra que el 26 de Mayo de 1821 fue creado el primer Regimiento de Infantería denominado “Colorados de Bolivia”, Escolta Presidencial.

El Ejército boliviano combatió en la Batalla de Ayacucho, el 9 de Diciembre de 1824, al mando del entonces General Antonio José de Sucre, donde se consolidó la libertad del Alto Perú.

El 2 de Abril de 1825 se libró la batalla de Tumusla, que dio paso, el 6 de Agosto de 1825, a la independencia del entonces Alto Perú, que nació a la vida republicana con el nombre de República de Bolívar, que posteriormente se llamó Bolivia.

El 3 de Febrero de 1826 en la localidad de Viacha fue creado el Regimiento de Infantería II, en honor al Mariscal de Ayacucho, José Antonio de Sucre y Alcalá.

Además, el 28 de Agosto de 1836 se crea el Regimiento de Infantería III, en memoria del general Juan José Pérez, que murió en los campos del Alto de la Alianza.

Las glorias militares en la consolidación de la República se registraron entre 1829 y 1841, periodo en el que se dieron las campañas de la Confederación contra los ejércitos peruanos (1835-1836), contra las tropas argentinas (1836-1838) y contra las expediciones chilenas (1837-1847).

En el periodo del Federalismo, los separatistas y la Guerra del Sucre (1885-1907), se fundó, en la cuidad de La Paz, el Colegio Militar.

El 5 de Noviembre de 1895 se imprime el Código de Ordenanza Militar, por Decreto Supremo se emite el Reglamento del Estado Mayor estableciendo las atribuciones del Ministerio de Guerra.

Entre los años 1910 y 1928 se produce la tercera creación de la Escuela de Guerra y, por Decreto Supremo, se crean los Comandos de División, se aprueba la Ley Orgánica del Ejército y se inaugura la Escuela de Clases.

En 1932 el Ejército combate en la Guerra del Chaco, donde pierde al menos 50.000 hombres que perecieron por balas paraguayas y por la geografía de ésa región.

En 1967 el Ejército participó de las acciones de Ñancahuazú, luego en Teoponte en 1969.

En la gestión 2006, el gobierno del presidente Evo Morales, tomó la decisión de nacionalizar los hidrocarburos, asignando a las Fuerzas Armadas la misión de devolver la dignidad, ocupando en una operación sincronizada las fuentes de riqueza.

Actualmente el Ejército boliviano participa en Operaciones de Mantenimiento de Paz en el Congo, además desde el 2006, tiene a un regimiento en Haití.

ANTIIMPERIALISTAS Y ANTICAPITALISTAS

Durante la celebración del Bicentenario del Ejército boliviano, el Gral. Antonio Cueto Calderón, Comandante General del Ejército, afirmó que esta institución se declara antiimperialista y anticapitalista.

A su turno y en el marco del mismo acto que se realizó en el Colegio Militar de Ejército “Cnl. Gualberto Villarroel”, el presidente de Bolivia, Evo Morales dijo que las Fuerzas Armadas son antiimperialistas desde su nacimiento.

“El Ejército surge como una institución socialista, comunitaria y como tal nos declaramos antiimperialistas, porque en Bolivia no debe existir ningún poder externo que se imponga, queremos y debemos actuar con soberanía y vivir con dignidad”, afirmó Cueto Calderón.

Dijo que también el Ejercito se declara “anticapitalista”, porque, ese sistema está destruyendo a la Madre Tierra y pidió unir todos los esfuerzos y capacidades para defender el medio ambiente.

Argumentó que la identidad de la institución está relacionada con la nueva Constitución Política del Estado. Cueto dijo que la Carta Magna goza de gran legitimidad porque fue aprobada la población.

Cueto pidió a las autoridades del Gobierno nacional aplicar la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz contra quienes colaboraron con Estados Unidos para la desactivación de los misiles chinos de Bolivia.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El 1° de Noviembre de 1606 Antes de su fundación la Villa de San Felipe fue bendecida por la Iglesia

La presencia de un sacerdote fue fundamental en la fundación de la Villa de San Felipe de Austria, actualmente conocida como la ciudad de Oruro, puesto que aquél fue quien bendijo esta tierra el 1° de Noviembre de 1606, día en que también se conmemora el Día de los Difuntos.

Hace 404 años los habitantes de esta tierra, como creyentes de un Dios Supremo prepararon la celebración al pregón realizado el 29 de octubre por el negro Agustín del Castilla, por este motivo, aún antes de la hora de la misa mayor que se realizaba cuando el sol estaba alto, los vecinos de alta alcurnia ocupaban un sitio en la iglesia, como en las proximidades los nativos esperaban el acontecimiento con asombro y gran expectativa.

Es de esta manera como narra Ángel Torres Sejas en su libro Oruro en su Historia, lo acontecido en este día, para que la ciudadanía tenga presente e imagine como se suscitó el momento de la fundación de nuestra ciudad.

Según la investigación realizada por el escritor, el corregidor y justicia mayor de la provincia de Paria, primera ciudad de esta región, capitán Francisco Roco de Villagutiérrez, acompañado de los hermanos Francisco y Diego de Medrano, que emprendieron la explotación de minas abandonadas dando gracias a San Miguel Arcángel por el hallazgo, junto a otros se trasladaron muy bien ataviados para participar en la misa en la que se fundó la Real Villa de San Felipe de Austria.

La misa o celebración eucarística en la que se realizó la fundación de Oruro, el 1° de Noviembre de 1606, estuvo presidida por el sacerdote Martín Abbad Usúnsulo ante la expectativa de la población y aplausos de los pobladores que aclamaban al Rey Felipe III y a la gracia de Dios, en el templo que estuvo ornamentado y la presencia profunda de unción religiosa “in crescendo” entre la homilía y el credo.

Tras la celebración, el sacerdote Usúnsulo bajó del altar mayor hacia una sobremesa de damasco carmesí con una almohada de terciopelo encima, también carmesí y otra a los pies, haciéndole comparecer a Manuel de Castro y Padilla para tomarle el juramento de fundación de la villa, por lo que se entiende que el sacerdote, en representación de la iglesia, fue parte importante de este hecho histórico.

El sacerdote Usúnsulo con un misal o libro de misa abierto en una mano y la diestra con el signo de la cruz, mientras Manuel de Castro y Padilla estaba hincado, pronunció la fórmula de reglamento: “Señor Licenciado don Manuel de Castro, oidor en la Real Audiencia de La Plata, poblador en nombre del Rey, nuestro señor y por Santa María su bendita madre y por las palabras de los santos cuatro evangelios y por esta señal de la cruz, que hará la población de la Villa que al presente se funda en este asiento como más convenga al servicio de Dios nuestro Señor y de su majestad, bien y conservación de los vecinos y moradores y naturales, conforme a su obligación y hará y guardará todo lo que por razón de dicho cargo de poblador debe hacer y cumplir?, si así hiciere, Dios le ayude”. Castro y Padilla ante expectante silencio, respondió: “Si juro y amén”.

Pasado el momento del juramento de fundación, a la hora de la comunión casi todos los españoles recibieron la sagrada forma, y no pocos nativos conversos. La bendición supo a gloria, como la lectura del último Evangelio.

Concluida la excepcional misa, antes de que ningún creyente abandonase la iglesia, alguien presentó un flamante estandarte de damasco carmesí con las armas y colores reales que el sacerdote bendijo, lo recibió y se dirigió hacia el oidor Castro y Padilla para entregárselo posteriormente.

A Castro, en posesión de la bandera o pendón real, se le unieron Gerónimo Odegardo y Francisco de Medrano para tomar de las puntas y dispuestos a salir de la iglesia hacia la plaza donde fueron ubicadas en el entarimado en medio de aplausos y vítores de los presentes.

Al llegar la procesión hacia la grada, Castro y Padilla, custodios se colocaron arriba, tras lo cual el coro sacerdotal interpretó el Himno Veni Sancte Spiritu.

Antes de la Fundación se dijo una oración y luego se bendijo el lugar donde se iba a fundar la Villa, en ese instante Castro y Padilla alzó en alto la divisa real, tres veces, expresando “la mui noble i leal Villa de Sant Felipe de Austria, por el Rey Don Felipe, nuestro Señor y por sus sucesores en la Corona de Castilla león i el Pirú, ¡que Dios guarde muchos años!.

De esta manera se fundó la Villa de San Felipe de Austria relegándose el hecho más importante de la actividad como fue la verdadera fundación realizada en la iglesia de San Miguel de Oruro, hecho que perduraría en el tiempo.

Es de esta manera, como cuenta Ángel Torres Sejas, este pasaje de la fundación del territorio que ahora es conocido como Oruro, aclarando algunas interrogantes como que si se fundó en la zona de la Ranchería o en lo que conocemos actualmente como la Plaza 10 de Febrero.

Y continuando con este relato sobre la importancia de la participación de la Iglesia en la fundación de Oruro, se cuenta que apenas se calló el bullicio, el fundador, portaestandarte y autoridades, en cortejo retornaron a la Iglesia Mayor, donde se cantó el Te Deum y oró por Felipe III, posteriormente, la comitiva salió del templo en corporación, acompañando al alférez real con el estandarte en alto hasta su domicilio donde quedó el pendón en depósito hasta que fuese necesario, como símbolo del poder real que nadie más que el alférez o abanderado podría sacarlo para otros actos oficiales.

Una vez fundada la Villa de San Felipe de Austria, se formó la comisión reservada sin poder de decisión para realizar la inspección y verificación de datos e informes respecto a la Villa Felipense.

En el informe de Godoy, se hace referencia a la parte religiosa donde manifiesta que halló fundada en la villa una iglesia parroquial con vicario y dos curas españoles, un cura de Taipicala que lo es de todo el servicio de la Villa, un sacristán que también es capellán del Cerro y ocho sacerdotes extravagantes.

También existía en el lugar el monasterio de Santo Domingo con cuatro religiosos sacerdotes, tres predicadores y un lego, el monasterio de San Francisco con seis sacerdotes y dos legos, en el templo de San Agustín con tres sacerdotes y dos legos, el de Nuestra Señora de las Mercedes con tres sacerdotes y un laico.

La característica principal de dichos templos, fue la ornamentación que tenían con donaciones realizadas por los vecinos.

Asimismo, se recuerda que las primeras casas de culto con el tiempo cambiaron de lugar, la Iglesia parroquial ocupaba la manzana del que ahora es el edificio prefectural, el de San Agustín una cuadra hacia arriba, sobre la calle Bolívar, el de San Francisco en el edificio del actual Colegio Simón Bolívar, mientras que el de Nuestra Señora de la Merced en lo que hoy se conoce como el convento de San Francisco.

Posteriormente, los religiosos de la Compañía de Jesús edificaron el templo que fue matriz hasta la construcción de la nueva Catedral.

Como pudimos conocer, la presencia de la Iglesia al momento de la Fundación de la Villa de San Felipe de Austria fue muy importante, puesto que se le tomó en cuenta para que este territorio sea bendecido y protegido por Dios, actos que fueron relevantes, antes y después de la constitución de este territorio.

Luego de la fundación se conoció el trabajo en el tema de educación y salud que también fue emprendido por sacerdotes y personal que trabajaba en los templos, apoyando además a las personas que pasaban necesidades, aunque al pasar los años, algunos habitantes mostraron su descontento porque debían contribuir para sostenerlos, sin tomar en cuenta el apoyo brindado a los más necesitados.

Más adelante, se expulsó de la zona a algunas órdenes religiosas pero no por el descontento del trabajo realizado en el lugar, simplemente por problemas políticos que dañaron los resultados obtenidos por la Iglesia.

La fundación de la Villa de Oruro

La fundación de la Villa de San Felipe de Austria, tiene su origen un año antes, en 1605 cuando el cura de Colquemarca, Francisco Medrano y un grupo de españoles por la ambición de riquezas, llegaron a este sector de la Tierra y descubrieron ricas betas argentíferas (plata).

Ese tesoro arraigado a la tierra se encontraba en un cerro de la región de los Urus, que fue bautizado como San Cristóbal. La noticia del nuevo hallazgo corrió entre los españoles que rápidamente poblaron los parajes de San Cristóbal para explotar el codiciado metal de la plata.

En meses, desde su descubrimiento, nació un poblado que estaba bajo la señal de San Miguel, puesto que en el día de ese arcángel se comenzaron a explotar las minas.

Los vecinos de San Miguel pidieron a la Audiencia de Charcas fundada el 18 de septiembre de 1559, la creación de una nueva villa, dirigidos por Don Diego de Medrano. Al aceptar esa solicitud, se envió hasta el asiento de San Miguel al Lic. Don Manuel de Castro Castillo y Padilla para que haga la fundación a las faldas del cerro Pie de Gallo, la Villa de San Felipe de Austria el miércoles 1° de Noviembre de 1606.

El nombre de Felipe, fue en honor al rey Felipe III. El primer alcalde de la ciudad fue el bachiller presbítero, Francisco Medrano. Doce años después de su fundación, la Villa estaba habitada por 1.000 españoles y una gran población de indígenas.

El aspecto urbano fue pobre a un principio, ya que todas sus casas estaban hechas de barro y paja, sin embargo, sin pasar un año de su fundación en el lugar ya habían 700 casas. Medio siglo más tarde, se edificaron iglesias, conventos, como los de San Francisco, Santo Domingo, San Agustín, La Merced, La Compañía y un hospital de enfermos que pertenecía a la orden de los Juandedianos. Hacia el año 1680, la ciudad de Oruro tenía alrededor de 80 mil habitantes.

ACTA

Por azares del destino, LA PATRIA tuvo la fortuna de conocer el acta de fundación de la Villa de San Felipe de Austria, que estaba hace un par de años en exhibición en la Casa Municipal de la Cultura y que hace días atrás aún se encontraba en la oficina del Oficial Mayor de Cultura.

En la tapa, se divisa el escudo de Oruro, elaborado a mano, nos imaginamos que ese objeto fue hecho posteriormente, para guardar el documento sin precedentes.

El acta de la fundación de Oruro, es el documento más antiguo que se tiene de la ciudad de Oruro y que fue encontrado el 2008 en uno de los depósitos de la Alcaldía.

En el reverso de la tapa existe una inscripción que dice: “Primer libro del Cabildo de Oruro 1ro de Noviembre de 1606”.

Al otro lado se halló un legajo de hojas de papel manuscritas que estaban muy bien envueltas en cuero. Las hojas finas, pero desgastadas por el paso inexorable del tiempo mostraban una serie de datos y firmas, evidentemente es el acta de fundación de la Villa de San Felipe de Austria, hoy la ciudad de Oruro.

Revisando el contenido de ese fajo de papel muy valioso para la historia de nuestra noble tierra, la primera hoja amarillenta y partida en la mitad no nos podía mostrar muchos datos, sin embargo, las hojas posteriores ya nos podían ofrecer información de lo que se hacía en aquel tiempo.

Algunas páginas están muy bien escritas con letra al estilo palmer, pero con muy serias faltas de ortografía. Las páginas de ese legajo de papel están separadas por cabildos y el primer cabildo registrado y que además lleva el rótulo de “Primer Cabildo”, fechaba el domingo 29 de octubre de 1606.

La caja que es posterior a la fundación de Oruro lleva además del forro muy bien elaborado en tela de terciopelo, una cinta con los colores de la República de Bolivia, Rojo, Amarillo y Verde, y utilizada cual fuese señalador de las páginas de un libro.

Esos manuscritos eran utilizados como si actualmente una institución usara un acta de reuniones.

Uno de los hechos que nos llamó bastante la atención fue encontrar en medio de esas tantas páginas, una hoja muy amarillenta que para evitar que se destroce más, se pegó un papel más moderno a su época en la parte posterior, pero por lo que pudimos advertir, era la primera página del acta de fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria, que fue corroborada después, con la ayuda del libro de Adolfo Mier de 1906 “Noticia y proceso de la Villa de San Felipe de Austria la Real de Oruro”.

Lo que se pudo identificar en la primera página destrozada y cuyos pedazos también se encontraron dentro de una pequeña bolsa nylon, indicaba:

“Don Felipe, por la Gracia de Dios. Rey de Castilla, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalem, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valenciá, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murcia: de Jaen, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las indias orientales y occidentales, Islas y tierra firme del mar Océano”.

“Archiduque de Austria, duque de Bordoña, Brabante y Milán, Conde de Auspurg, de Flandes y de Tírol y Barcelona, señor de Vizcaya y de Molina &: Por cuanto habiéndose presentado ante el Licenciado Alonso Maldonado de Torres de nuestro Concejo Real de las Indias é Presidente de la nuestra Audiencia é Chancillería Real que recide en la ciudad de La Plata”.

“Provincia de los Charcas del Piru, una petición el año pasado de mil y seiscientos y cinco, por Diego de Medrano, en nombre y con poder de algunos señores y personas que habían acudido al asiento de minas de Oruro, del corregimiento de Paria, en que informaban haber en él mucha cantidad de minas de plata rica, que en tiempo del Inca se habían comenzado a labrar, y que por ser de seguir y de gran consideración, es muy conveniente á nuestro Real Servicio”.

“Se les diesen indios de repartimiento para que trabajasen en ellas, y las beneficiasen; y que se las proveyese de azogue y fuesen ayudados, de que resultaría mucho aumento a nuestros quintos reales”.

Esa es la primera página que se encuentra en el acta de fundación de la ciudad de Oruro, denominada en su tiempo como la Real Villa de San Felipe de Austria.

Más atrás encontramos los autos de la fundación de la Villa de San Felipe de Austria.

“En el asiento de San Miguel de Oruro, miércoles primero día del mes de noviembre, año de nuestra redempción, mil seiscientos i seis, el señor Licenciado don Manuel de Castro i Padilla, del Concejo del Rey de nuestro Señor, en su Chancillería Real de La Plata, poblador é fundador de este dicho asiento, salió de las casas de su morada i con acompañamiento del Capitán Francisco Roco de Villagutiérrez Corregidor i Justicia Mayor de la Provincia de Pária y de muchos vecinos i moradores estantes i habitantes en él fué á la Iglesia Mayor, á donde se dijo la misa del Espíritu Santo cantada, i hubo sermón i después de dicho el credo, bajo del Altar Mayor el sacerdote que la dijo, al lugar donde estaba puesto un sitial con una sobremesa de damasco carmesí i una almohada de terciopelo carmesí, enssima de él i otra á los piés, donde el dicho sacerdote con el misal en la mano abierto i el dicho Señor Licenciado don Manuel de Castro hincado de rodillas le tomó el juramento siguiente:”

“¿Señor Licenciado don Manuel de Castro, Oidor en la Real Audiencia de La Plata, poblador en nombre del Rey, nuestro Señor é por Sancta María su bendita madre, é por las palabras de los santos, cuatro Evangelios é por esta señal de cruz, que hará la población de la Villa que al presente se funda en este asiento como más convenga al servicio de Dios, nuestro Señor i de su Majestad, bien i conservación de los vecinos i moradores i naturales, conforme á su obligación i hará i guardará todo lo que por rrazón de dicho cargo de poblador, debe hacer i cumplir i sí así hiciere Dios le ayude?” – el cual respondió: “sí juro i amén”.

BENDICIÓN

Posteriormente al juramento de Manuel de Castro y Padilla se efectuó la bendición del estandarte.

“Y acabada de dezir la missa el presente bendijo un estandarte de damasco carmesí con las armas rreales i le entregó al dicho Señor Oidor, el cual le tomó i llevó hasta una rramada que se hizo en la plaza, llevando las puntas de él don Gerónimo Ondegardo i Francisco de Medrano, donde llegados, habiendo venido cantando los sacerdotes el himno de veni sancte spiritus, dijo la oración que la iglesia pone para el principio de las congregaciones, i luego los versos i oración de la bendición del lugar donde se fundó la Villa bendiciéndole; “

“é acabada la bendición el dicho Señor Licenciado don Manuel de Castro, enarboló el dicho estandarte tres veces, diciendo en cada una de ellas: LA MUI NOBLE I MUI LEAL VILLA DE SANT FELIPE DE AUSTRIA, POR EL REY DON FELIPE, NUESTRO SEÑOR I POR SUS SUCESORES EN LA CORONA DE CASTILLA I LEÓN I EL PIRÚ; i la última vez dijo: QUE DIOS GUARDE MUCHOS AÑOS;”

“i dijo que tomaba i tomó posesión de la Villa, rreal, actual, juré, dominé vel quasi, poniendola, como la ponía, debajo de la corona Real, obediencia i vasallaje, reconoscimiento i jurisdicción rreal de la dicha corona de Castilla, de León i del Pirú, i en señal de posesión mandó alzar unos palos con que se hizo una horca, i en el uno de ellos hincó un cuchillo que fue la espada del gran capitán Gonzalo Fernández de Córdova i dijo:”

“Que en nombre de su Majestad eximia i eximió esta dicha Villa de la jurisdicción de la ciudad de La Plata, si alguna sobre ella tenía o de otra cualquiera q´ antes que se fundara tuviesse, i en virtud de los poderes que para ello tiene daba é dió á la dicha Villa jurisdicción civil y criminal mero i misto imperio, i lo pidió todo por testimonio, á mi el presente Secretario, i que los presentes sean testigos siendoló el Factor don Diego de Valverde, don García de Paredes i Ulloa i don Juan de la Cueba.- el Licenciado don Manuel de Castro i Padilla.- Ante mí.- Bartolomé Perez de Larrea”.

RASGOS DE LA NOBLEZA EN LA FUNDACIÓN DE ORURO

Si bien en España gobernaba un monarca (gobierno de uno solo), la disposición política en las Colonias, con la existencia de los virreinatos, hizo estatuir un tipo de aristocracia (gobierno de los mejores), cuyo significado era cercano a nobleza, pero no como sinónimos. El significado de la palabra Noble es conocido, deriva de nobilis y ésta de cognoscibilis: conocido. El que una persona fuese noble se relacionó con ser hijo de padres conocidos por sus virtudes, en el ejercicio público de la autoridad. Por lo tanto la nobleza se aplicó a un número reducido de seres. El concepto de nobleza se modificó con las épocas y las regiones. Los conceptos, griego de eupátridas (buenos padres) y el romano patricios, pasaron al pensamiento occidental del Medioevo, y de allí a la España conquistadora. Prácticamente todos los países europeos contaban con noblezas. Podía ser noble el que había servido al rey en las guerras, haber sido ministro o gobernador, hijo legítimo de antepasados hidalgos, había casado con su igual y tener propiedades, preferentemente mayorazgos.

La nobleza de la Colonia provino del mismo estatuto jurídico del que surgió esa jerarquía española. Los primeros aventureros que llegaban de la península traían cualidades las más contrarias a aquélla. Era gente sin educación ni respeto a sus semejantes; considerados como aventureros osados. Más tarde apareció un tipo especial de nobleza que se conoce como hidalguía, en el que el hidalgo o fijodalgo es hijo de alguien, de algún conocido. Los conocidos generalmente habían surgido en las luchas contra los moros y según las leyes se ganaba el título por sus acciones de armas.

El rey se convirtió en fons honorum, fuente de honor, que tenía el poder soberano de otorgar grados de nobleza. Durante la conquista del Nuevo Mundo el rey creaba títulos, otorgaba alcurnia a quienes le parecía, y empezó a otorgar mayorazgos y encomiendas. El primero era un título de carácter perpetuo, o señorío, que creaba un régimen patrimonial y sucesorio especial, el mayorazgo, además de los privilegios y exenciones de que gozaba. Las encomiendas eran el encargo hecho a una persona de ocuparse del cuidado y evangelización de determinado número de indios a cambio de aprovechar su trabajo o sus tributos, el resultado llevaba al enriquecimiento del beneficiario; y generalmente se adjudicaba a los fieles servidores del rey en las batallas. Antes de la Conquista los pueblos prehispánicos tenían un sistema nobiliario que subsistió al ser asimilados por España, los cacicazgos, se fusionaron con los mayorazgos, reconociendo la organización social previa. Desde la Antigüedad, era costumbre que el Estado conquistador reconociera la organización previa del Estado conquistado y se conservaran formas sociales como la nobleza, que retenía tierras y personas. Este dominio fue reconocido por España según la conveniencia del caso, siempre y cuando se mantuviera una relación de vasallo a señor entre los conquistados y el nuevo rey o su representante. Además de los hidalgos a fuero de España, se dieron, con el poblamiento de América, los hidalgos a fuero de Indias. Por eso es que los conquistadores fueron aceptados como hidalgos, aunque muchos de ellos lo fueron ya de sangre por su nacimiento.

Recordemos la diferencia de años entre las fundaciones de Chuquisaca, La Paz y Oruro. Un capitán de Pizarro, Pedro de Anzúrez, hizo la primera entrada hacia el Oriente, pero su operación fue desastrosa y al regresar fundó la ciudad de Chuquisaca al pie de los cerros Churuquella y Sicasica el año 1538. Alrededor del 1544 se efectuó una lucha a muerte entre españoles, en las guerras civiles del Perú, pero volvió la paz después de muchas alternativas bélicas, y fue el capitán Alonso de Mendoza el fundador de Nuestra Señora de La Paz, en el pueblo de Laja el 20 de octubre de 1548. Desde ese día hasta la fundación de la villa de San Felipe de Austria pasaron 58 años. Tiempo suficiente para que en los dos, primeramente indicados, núcleos de población se organizara un régimen de nobleza semejante al de España. Se piensa que en los virreinatos a que correspondían brotaron posiciones homólogas con las peninsulares, y que de allí se hubieran propagado a las ciudades.

Aunque la nobleza altamente privilegiada era la heredada, la principal o calidad excelente no era una clase social cerrada, a ella se podía acceder por el cumplimiento de cargos de gobierno y milicia. En la sociedad colonial se diferenciaba además a los candidatos a hidalgos y a los plebeyos, que podían alcanzar esa calidad por la capacidad para desempeñar funciones en los estrados de la audiencia, en el permiso de actuar como candidatos a alcaldes -aparte del regidor y un hombre noble de los vecinos, en quienes recaía la prerrogativa de ser designados directamente- oficiales o funcionarios que incluso podían trabajar en acciones para la iglesia. Existían pocos puestos y si la gratificación no era grande, se buscaba la exención de algunas gabelas. En 1606, ya estaba pacificado el territorio de Charcas, no podía haber conquistas, y por eso había disminuido la dispensación de franquicias y libertades de hijosdalgo, que se conseguía solamente en los oficios públicos, el lustre y el crédito en una función nombrada por la Corona; se requería por otro lado que no se practicase oficios bajos, artesanales o mecánicos. Hasta ese entonces los méritos de los conquistadores fueron premiados con la adjudicación de tierras o funciones disimuladas como vitalicias.

Por la dinámica social y la presión económica al dominar el comercio, las tierras y, especialmente, la minería, la nobleza regional fue acrecentándose, pues ya no se necesitaban los títulos cuando el dinero mostraba su valor. Este juego de poder fue el que originó la fundación de la Villa de Oruro por la Audiencia de Charcas, cuando se consideraba que pertenecía al Virreinato de Lima. La nobleza, de mayor o menor calidad, de la Audiencia, determinó que uno de sus miembros llegara rápidamente a la región litigante para fundarla como Villa de San Felipe de Austria, escribiéndose el nacimiento de una villa que ya existía anteriormente. El nombre altisonante de ésta aparentaba la legalización de nobleza. Se trata pues de ver si en La Plata existía una nobleza con estamentos definidos, y si, considerando los antecedentes y producción de San Miguel de Oruro, llegó parte de la nobleza para la fundación.

Los grupos que determinan la fuerza real de poder pueden ser reconocidos o claramente negados; pero las realidades sociológicas deben analizarse para que el legislador determine su vigencia. En La Plata existía una jerarquía establecida por normas del rey, desde España, y otra que se fue formando por las influencias sociales y por las profundas creencias religiosas. Militares, profesionales, obispos, que habían sido enviados al Nuevo Mundo, velaban por los intereses reales, y organizaban nuevos grupos de poder, adecuándose a las necesidades de cada región. Es que la cultura aristocrática europea había sido trasplantada y pretendía ser un centro de irradiación moral, religiosa, estética, por la mediación de los criollos ennoblecidos, los teólogos, los funcionarios de la Real Audiencia y los hombres de empresa. Estos últimos, apoyados por la Iglesia, y mejor si contaban con algo que hiciera patente su linaje. La vida práctica en la Audiencia de Charcas se ha debido ver supeditada a un constante afán de buscar un ascenso en el nivel nobiliario, que le proporcionara halagos, honores e ingresos económicos fáciles.

Se ganaban dignidades cuando se aprovechaba de los puestos honoríficos eventuales que permitía al miembro a ocupar un lugar prominente, a organizar fiestas civiles y religiosas, que se efectuaban con gran solemnidad y acompañadas de procesiones en las calles. Toda oportunidad que tenía el caballero para lucir sus condecoraciones y su ropaje suntuoso, toda coyuntura que le hacía ganar méritos. Ya se vería en la villa de Oruro que cada comienzo de año, significaba la ocasión para cumplir estos detalles, en la elección de nuevos alcaldes, y tenían a la disimulada que invertir dinero, pensando que de salir gananciosos sería con un usufructo, sin ocuparse de asuntos prosaicos como trabajar.

La aldea de San Miguel, ganando notoriedad, debía tener la aceptación legal de la Corona para que se pudiera enviar mitayos desde distintas regiones. Por entonces falleció el Virrey de Lima don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, y la Audiencia de aquella ciudad se hizo cargo del gobierno; la Audiencia de la Plata actuó entonces rápidamente para afirmar la soberanía sobre ese territorio. En los autos españoles se anotó: “...en nombre y con poder de algunos señores y personas que habían llegado al asiento de minas de Oruro, en que informaban haber en él mucha cantidad de minas de plata rica, que por ser de seguir y de gran consideración, es muy conveniente a nuestro Real Servicio, se les diesen indios de repartimiento para que trabajasen en ellas, y las beneficiasen […] por dicho nuestro Presidente e Oidores se dio comisión al capitán Gonzalo de Paredes Hinojosa, Corregidor de la Villa de Salinas Riopisuerga, para que fuese al dicho asiento y llevase consigo a Diego de Velasco, persona de conocimiento de minas y metales y viesen de la calidad […] y en virtud de la dicha comisión...” se decretó con los pasos legales del caso que en la aldea existente de San Miguel de Oruro se produjera la fundación de una villa con nombre nuevo para halagar al soberano Felipe III y evitar, bajo este real amparo, cualquier desentendimiento emergente de la osada fundación.

El Oidor de la Audiencia de Charcas, Licenciado Manuel de Castro y Padilla, con una Resolución dictada por ese Tribunal, y cumpliendo una obligación de nobleza, viajó a Oruro a fundar una villa española en un lugar próximo a las excavaciones que en 1595 habían descubierto la plata ya explotada por el imperio incaico. Recorrió con su cohorte de escribanos los cuatro cerros prometedores, observando interesadamente las minas y las vetas; determinó que los factores económicos, exigidos por la Corona para someterlos a su beneficio, estaban muy por encima del nivel requerido y resolvió cumplir el mandato de la Audiencia de Charcas, conviniendo en fundar una población al pie del cerro aparentemente más accesible “en nombre de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de su benditísima Madre la Virgen Santa María, a quien tomó por mediadora y patrona” (sic). Así devino el cerro Pie de Gallo en cuna de una villa que debería adaptarse a las disposiciones urbanísticas, de exploración y de gobierno, dispuestas desde centurias por las cortes españolas. Buscó el mejor terreno para fijar en ella la plaza central, alrededor de la cual debían levantarse, en el futuro, las casas de oficiales peninsulares y el Cabildo. En otras regiones repartió los solares para los distintos conventos de acuerdo con la antigüedad universal de las órdenes religiosas, para el hospital, y para los habitantes europeos las zonas periféricas. (A. Gamarra Durana: Panorama del acontecer heroico en Oruro. 1998).

Y fue que un miércoles 1º de Noviembre de 1606 este señor Licenciado, en sus altas funciones de Canciller Real de La Plata y miembro del Concejo del Rey Nuestro Señor, acompañado del capitán Francisco Roco de Villagutiérrez, Corregidor y Justicia Mayor de la aldea y provincia de Paria, y de muchos habitantes y llegados, se fueron en cortejo hasta la iglesia grande donde se dijo la misa del Espíritu Santo, con los cantos rituales acostumbrados y sermones. Allí, postrado de rodillas ante la cruz del Redentor, prestó atención proba a las exhortaciones del Vicario de Cristo y sobre todo al requerimiento final que decía: “Por las palabras de los santos cuatro Evangelios y por esta señal de la cruz, que hará (el Licenciado) a la población de la villa que al presente se funda en este asiento, como más convenga al servicio de Dios y de su Majestad, bien y conservación de los vecinos y moradores, conforme a su obligación y hará guardar todo lo que por razón de dicho cargo de poblador debe hacer cumplir, y si así lo hiciera Dios le ayude”. Juró solemnemente.

“Acabada de decir la misa, el preste bendijo el estandarte de damasco carmesí, con las armas reales, y le entregó al dicho señor Oidor”. (Entrecomillado es del Acta de Fundación). Con el alarde correspondiente subió a una explanada de la plaza, enarboló el dicho estandarte tres veces, y entregó la población nueva y sus áreas de influencia en total vasallaje a la corona española con esta proclama: “La muy noble y muy leal villa de San Felipe de Austria, por el rey don Felipe y por sus sucesores en la corona de Castilla y León y el Perú... la pongo debajo de la corona real con obediencia y vasallaje, reconocimiento y jurisdicción de la dicha corona de Castilla y de León”. Y mientras los espectadores, admiraban la opulencia de los trajes de los colonizadores y curas españoles, los peninsulares contentos por sentirse protegidos por las leyes, los originarios de esta tierra mohínos por la curiosidad y la desatención de un suceso extraño a sus costumbres, mandó alzar unos palos con los que se hizo una horca, y en uno de ellos hincó un cuchillo que representaba la espada del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdova, en evidente simbología de posesión de conquista y de que ésta se mantendría insobornable con la eliminación inclusive de las vidas, ahorcadas o acuchilladas, de los naturales que se opusieran a ella.

El curioso hecho de que sobre una población ya existente, se fundase con pompa exuberante otra población, legal para la Audiencia, discutida por el Virreinato de Lima, descubre que esta fecha de 1606 es inoportuna para la historia. La insigne delegación de la Audiencia de La Plata cumplió con las funciones encomendadas: religiosas con el boato eclesiástico de una misa excepcional, la demostración marcial de la prepotencia del conquistador al actualizar en la Plaza las normas militares sobre los todavía sumisos habitantes. Actuaciones, declaraciones y símbolos, que impresionaron a mucha gente, y sirvieron para quedarse por mucho tiempo.

Esto ocurrió con la fundación. Conformada la sociedad sobre valores nobiliarios, hacían valer sus méritos ante el rey para ganar hipotéticamente algunas órdenes. Se mantenía la idea de ser fiel al rey, practicar la fe católica y afirmar las extensiones de dominio de los iberos. La política imperial hispana estaba compenetrada con la revelación cristiana. Accedía el fundador a un puesto público de elevado rango, nombró en cargos menores, desde alguaciles a secretarios, y todos ellos consideraban que adquirían los mayores honores. No todos los nobles eran ricos, pues muchos pasaban severos apuros por confiar el manejo de sus patrimonios a administradores inescrupulosos: porque no pagaban los impuestos que requería la posesión del título; las más de las veces, por los largos juicios entablados entre ellos y por distintos motivos. La comitiva acompañante de Castro y Padilla ha debido de contar con muchos de ellos que querían resarcir sus pérdidas. El mismo sufrió cuando abandonó La Plata con “gran costo de su hacienda, salud y vida”.

En cuanto se asentaron los cimientos gubernamentales y administrativos del virreinato aparecieron grupos de poder y cabecillas que obtuvieron privilegios de la Corona como compensación por el apoyo que brindaban al rey. Todo lo que pensaban era que lo ostentoso adornaba el honor con elegancia, y con símbolos de lujo y poder, los que se utilizaban en toda ocasión para consolidar la nobleza entendida por ellos.

DE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA DE SAN FELIPE DE AUSTRIA DE ORURO EN 1606 A LA CONFIRMACIÓN DE LA FUNDACIÓN EN 1610

ANTERIOR A LA FUNDACIÓN

Inicialmente era conocido como Asiento de minas de Uru Uru y dependía del corregimiento de Paria, era un caserío habitado por algunos españoles, criollos e indígenas que laboraban en las minas del lugar que al parecer ya habían sido trabajadas en tiempos del inca. Francisco de Medrano, cura de Corquemarca, re-descubridor de los ricos cerros argentíferos decide poner el lugar bajo la protección del Arcángel San Miguel y de esa manera se le conoce como Asiento de minas de San Miguel.

El año de 1605 en reunión de vecinos se decide enviar a Diego de Medrano, “principal descubridor y poblador de estas minas”, hermano del sacerdote Francisco de Medrano, para solicitar a la Audiencia de Charcas, autorización para la fundación de una villa en el lugar y que se le pueda asignar un repartimiento de indios para el laboreo de las minas. Diego de Medrano encuentra al Presidente de la Audiencia de Charcas Don Alonso Maldonado de Torres en Potosí y le hace entrega del documento petitorio de los vecinos mineros orureños. Dispone la visita del Capitán Gonzalo de Paredes Hinojosa, Corregidor de Mizque, acompañado del experto en minería Diego de Velasco para inspeccionar y confirmar sobre la riqueza de las minas de San Miguel, según decían mejor que las de Porco y Berenguela. Esta pequeña comisión arriba al asiento minero en mayo de 1605, recorriendo los cuatro cerros del lugar de donde extrajeron muestras de las vetas, el resultado de los análisis del mineral confirmaron la pureza del mismo, motivando que su informe resulte favorable para la recomendación de la fundación de una villa. El Presidente de la Audiencia eleva el informe al virrey Gaspar de Zuñiga y Acevedo, el que por entonces se encontraba enfermo y fallece el 10 de febrero de 1606 paralizando todo trámite al respecto de la fundación. Asume el cargo el decano de los Oidores de la Audiencia de Lima Don Diego Núñez de Avendaño que al parecer estaba de común acuerdo con la opinión del fallecido virrey de que la fundación solicitada podía afectar los intereses de los mineros potosinos.

PODERES AL OIDOR CASTRO Y PADILLA PARA LA FUNDACIÓN

Ante la demora e indecisión de Núñez de Alvarado, la Audiencia Charquense, decidió autorizar en ejercicio de su gobierno la fundación designando al Oidor Manuel de Castro y Padilla, se le otorgó poder comisión y facultad, le acompañarían un escribano Bartolomé Pérez de Larrea y un alguacil los cuales arribaron a San Miguel a finales de julio de 1606. En los meses siguientes, los urbanistas Álvaro de Moya y Pedro Maleto efectuaron el nuevo trazado de la futura villa, ordenando la demolición de todas las viviendas anteriormente erigidas para dar paso a calles y plazas con nuevas normas, concluyéndose el 29 de octubre.

Se dictó el Auto de Fundación y su pregón con fecha 1 de noviembre de 1606, determinándose que la nueva villa lleve el nombre del Rey Felipe III.

LA FUNDACIÓN Y POSTERIOR ANULACIÓN

El joven Oidor Manuel de Castro y Padilla se dirigió a la iglesia del lugar acompañado por el vicario Martín Abbad Usúnsulo, el corregidor de Paria capitán Francisco Roco de Villagutiérrez, Francisco de Medrano, Gerónimo de Ondegardo, Alvarez de Nava Revolledo y vecinos notables como los otros hermanos Medrano, Castro y Padilla tomó el juramento de fundación en nombre de la Religión Católica y del Rey. Alzó por tres veces el estandarte Real damasco de color carmesí con las armas reales, expresando: “La muy noble y leal villa de San Felipe de Austria, por el Rey Don Felipe, nuestro señor y por sus sucesores en la corona de Castilla y León y el Perú”. Quedando de esta manera la villa con la protección de la corona real en obediencia y vasallaje. Se designó como sus primeras autoridades: Alcalde Ordinarios Gerónimo de Ondegardo y Francisco de Medrano; Alférez real Alonso de Mendoza Hinojosa; Alguacil Mayor Manuel de Torres Villavicencio; Fiel ejecutor Juan Bilbao de Escuriaca y Regidores veinticuatro al capitán Pedro de Leguí, Hernando Alvarez, Martín de Butrón, Francisco de Encinas, Francisco Marmolejo, Andrés Vela, Julián de la Carrera y Francisco de Alcedo. Como Procurador General Diego de Medrano, Mayordomo de Rentas Alonso Alvarez de Nava Revolledo y se ratificó como escribano público y de Cabildo a Bartolomé Pérez de Larrea. Finalizaba aparentemente un largo trámite de 18 meses, el flamante Cabildo presenta un memorial de 17 puntos al fundador de la villa, como declaración de hijosdalgo a los españoles y vecinos presentes en la fundación, asignación de tierras, creación de impuestos, etc.

La Audiencia de Charcas, informa de la creación de la villa al rey el 13 de marzo de 1607. Ese mismo año el Consejo de Indias emitía su fallo sobre el conflicto de poderes entre las audiencias de Lima y de Charcas, a causa del fallecimiento del virrey Gaspar de Zuñiga y Acevedo. La Audiencia de Charcas debía obediencia a las disposiciones y debía someterse a la autoridad de Lima. A la vez se nombraba nuevo virrey en la persona de Juan Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros que ordena la anulación de la fundación de la villa de San Felipe de Austria, a la vez impone multas de 1000 pesos ensayados de plata al Presidente y magistrados de la audiencia de Charcas

CONFIRMACIÓN DE LA FUNDACIÓN Y ALGUNAS CARTAS DE 1607 Y 1609

La Audiencia de Lima, destaca al corregidor de La Paz Diego de Portugal como visitador y verificar en el terreno si la fundación se justificaba. Su conclusión final era de que deberían mantenerse las construcciones de casa e iglesia y de que el rendimiento de las minas eran buenos y que favorecían a los ingresos de la corona. Durante su estadía que duró hasta 1608 ordenó la apertura de las cajas reales, se auto-nombró corregidor de la villa y su informe fue decisivo para que se confirmase y refrendase la fundación de la villa de San Felipe de Austria el 25 de octubre de 1610. Esta confirmación era del virrey, la confirmación real o del rey era otro proceso donde se imponía un alto pago que al parecer las autoridades de entonces no lo pudieron efectuar, solicitándose el año de 1804 al rey Carlos IV confirme la fundación. Los sucesos conocidos de años más adelante al parecer impidieron este propósito. Al parecer por su efectiva labor Diego de Portugal es nombrado después Presidente de la Audiencia de Charcas.

En el Archivo Histórico Municipal de Oruro, bajo el título de 60 cartas y un exhorto, hallamos algunos testimonios históricos que nos parece necesarios rescatar, se encuentran firmados por Alonso Maldonado y Torres los años de 1607 y 1609.

1.-“Una carta de VsMs. de 26 de agosto recibí con el tiempo del alcance que se hizo de la Real Alcabala a Don Gerónimo de Ondegardo Administrador de ella en este asiento, y conforme lo que su Majestad tiene mandado por su real arancel los que debe entregar luego en esa Real Caja y no será justo que se dé lugar a otra cosa. Pues ninguna otra orden puede alterar lo que su Majestad y la razón tiene dada y VsMs por su persona pudieran administrarla y cobrarla como se debe, como negocio puesto a su cargo. Lo podrán saber, por excusar gastos a la Hacienda con sólo pagar sus dineros a los que la cobrasen, dando cuenta de lo que se sugiere a la Real Hacienda de Lima y que yo también la daré de lo que convendrá, proveen ello y si el administrador se excusare todavía de pagar lo que debe ser a que a su costa cobre este alcance y lo meta en la Real Caja”.

“En lo que toca a la cobranza de los tributos que deben pagar los yanaconas de la villa quedaran VsMs la orden que en esta dada por los S.S Visorreyes sin que haya remisión en ella pues es cosa a su cargo y el corregidor no sé yo que orden tenga para impedir estas cobranzas y es bien ir dejando de todo a aquellos S.S. de Lima para que procedan lo que más convenga a la buena administración de su Real Hacienda. Proceder en ello con la diligencia y cuidado que se debe y que nuestros señores Ms pueden”.

“Si las cosas del trajín no hubiesen sido ayudados de mi parte con tantas veces por lo que conviene a favor de su Majestad no se hubiera sido posible pasar por el adelanto de la gloria que le tiene y así se debe confederar esto para cuántas ocasiones se compare esta causa acudiendo particularmente a la paga de los fletes que en esa caja se han mandado pagar de la traída del azogue, no embargarse si no hay en ella plata procedida del género y que siendo deuda deja malestar y queja de pagar, quiera que haya es justo se escude en ella como Vs S.S. mandará hacer avisándome de ello en la primera ocasión a VsMs”.

Firmado: Alonso Maldonado de Torres

2.- “En cumplimiento de lo que ha mandado poner provisión de la Real Audiencia Don Pedro de Guáscar en nombre de la señora Elvira Manrique a entregar a VsMs los quinientos quintales de azogue y se han de repartir en ese asiento y que hace a todas costas se ha de pagar el flete por las dichas personas en quién se han de distribuir conforme a lo que está tratado. Para por cantidad de azogue que a cada uno se diere mandaron VsMs que ello se cumpla así con puntualidad de los minerales y que por esta causa no se detenga. Por la mucha falta que hace a los negocios del trajín al que habiendo hecho la entrega de los quinientos quintales se podrá dar carta de pago al pie de dicha Real Provisión y entregárselo originalmente para su descargo quedando por estado autorizado con esa Contaduría que lo tengo que encargar a VsMs, es que hay que ver cómo y en quién se reparte ese azogue, que sea a los verdaderos dueños de minas e ingenios y con mucha seguridad de la Hacienda de su Majestad que aunque por encargo y riesgo de VsMs me ha parecido admitirlo por ser ese asunto de población nueva y con que ellos están ahora asentados en las haciendas de los vecinos del todo cargadas ni saneadas, que aún aquí se ofrecen muy grandes dificultades con haber tantos años que se fundó la tal villa y no he visto casa de VsMs de lo que han hecho deponer que comenzaron a usar de sus oficios y del estado. La hacienda de su Majestad en que tuve entendido se le hubieren dado a mí como lo es suyo. Por el cargo de Presidente recibí las cartas de Vm del 13 y 27 del pasado y con la primera las informaciones sobre lo tocante a Don Joan Poma Catari y se le ha negado de encender por ellas estas sus culpas de la capitanía, aquí procede con mucho cuidado y puntualidad en su capitanía de la mita que es de estimar mucho en cuyos corregimientos tan quebrado anda sobre lo tocante a la cobranza de las tasas de yanaconas de la villa y remate de las minas de su Majestad, se enviará resoluciones y orden en su correo extraordinario que partirá de aquí dentro de pocos días y que dé a VsMs, muchos años de paz”.

Firmado: Alonso Maldonado de Torres

3.- “Recibí la carta de VsMs de 23 de noviembre con el testimonio del remate de la minas de su Majestad que visto con las causas que VsMs dicen parecieron justas para no tratar de volverlas a sacar al almoneda, no tendré que decir pues VsMs habrán mirado bien como quién lo tiene preferente, pueda ponerlo al servicio de su Majestad y aún de la Real Hacienda, también recibí el testimonio de lo que han montado los puntos que es buena cantidad. Si con ello se hubiesen ahorrado los promedios de azogue que se han dado a los mineros, que si esto faltase, para que luego en esta armada se pueda hacer cuenta, no se enviaría más plata, pues casi monta lo que se debe tanto como los puntos, y porque cada que es del cargo de VsMs se haga luego la diligencia para convertirse en la cobranza, y cuando se requiera en la caja del servicio de su Majestad y que por este año ha de salir la plata por ser los últimos de febrero, desde luego la vayan recogiendo, y que la forma que ha de tener en cuenta es llevarla desde esta villa a Arica y se enviara”.

“He deseado mucho se socorra con azogue de este asiento y a los oficiales reales les ha parecido no tenerlo para darlo y que es necesario orden del visorrey con que han estrechado la mía significándome como me consta lo poco que hay y que ha de faltar para Poopó se suele repartirá esa villa para el beneficio de los metales, con que han de pagar los mineros de lo que deben afirman que han dado, que se verá que se puede hacer, y guarde nuestra Señora a VsMs”.

Firmado: Alonso Maldonado de Torres 15 de Diciembre de 1609.

FUENTES:

Archivo Histórico Municipal de Oruro.

El fundador Manuel de Castro y Padilla


Rvdo. Francisco de Medrano, primer poblador


Acta de fundación de la Villa de San Felipe de Austria

sábado, 30 de octubre de 2010

Séptima versión de la Caravana del Orgullo de ser Orureño Oruro cuenta como principal riqueza con su gente valerosa

La séptima versión de la Caravana del Orgullo de ser Orureño, transcurrió ayer por las principales calles de la ciudad, entre banderas rojo carmesí y alborozo general, con la finalidad de infundir en la gente civismo y amor por esta valerosa tierra que tiene precisamente en ella, su riqueza más importante.

Como una de las actividades fundamentales para la celebración de los 404 años de Fundación de la ciudad de Oruro, creada con el denominativo de Villa Real de San Felipe de Austria, ayer por la tarde se llevó a cabo este acontecimiento eminentemente cívico.

Esta actividad organizada por el Rotarac Club San Miguel y el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro, año que pasa cobra mayor relevancia y participación de orgullosos ciudadanos orureños, de diferentes instituciones y organizaciones vivas de la ciudad, como la Alcaldía Municipal, el Comité Cívico, la Central Obrera Departamental (COD), la Federación de Juntas Vecinales (Fedjuve), Ministerio Público, además de unidades educativas.

Es por esta situación que al margen de la participación de personas adultas, se pudo evidenciar la presencia de gran cantidad de niños y jóvenes, que se constituyen en el presente de esta tierra pujante.

En este cúmulo de instituciones también se hizo presente “La Temible”, barra del Club San José, que sin duda alguna se encuentra dentro de las pasiones que el orureño posee con orgullo, al igual que el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Entre las autoridades que participaron la alcaldesa Rossío Pimentel sostuvo que la principal riqueza de esta tierra es su gente valiente y luchadora; en tanto que el presidente del Comité Cívico, Lino Rocha manifestó que Oruro es un pueblo lleno de valores y de gente digna, mientras que el secretario de Relaciones de la Central Obrera Departamental (COD) Germán Chaparro destacó la caravana, que imbuye de amor a la tierra que los viera nacer.

Un hecho especial es que el municipio permitió la construcción de un escenario en la esquina de la calle Bolívar y La Plata donde estaba prevista la actuación de algunos conjuntos para ser parte de la serenata celebrando el 1° de Noviembre fecha de Fundación de la Villa Real de San Felipe de Austria.

Como siempre sucede con actividades parecidas, el congestionamiento vehicular que provocó, motivó a los chóferes del transporte público aplicar el cobro de tarifas superiores a las acostumbradas.

Santa Cruz Alistan actos por los 404 años de fundación de Oruro

Los residentes orureños en Santa Cruz se encuentran ultimando detalles para la celebración de los 404 años de la fundación de la ciudad de Oruro por el licenciado Manuel Castro Castillo y Padilla, el 1 de noviembre de 1606.
Oruro se ha caracterizado tradicionalmente por ser un pueblo con vida propia, por sus hijos laboriosos, persistentes con mentalidad y el espíritu forjador y también por su espectacular Carnaval, patrimonio oral e intangible de la humanidad.
Mañana, los residentes se reunirán en la plaza 24 de Septiembre a las 11:00 para luego ir a compartir un almuerzo en el Rincón Orureño. El lunes colocarán una ofrenda floral a los pies de Warnes.

jueves, 7 de octubre de 2010

Oruro se lució en festejos del Bicentenario de su revolución


La capital del folklore estuvo ayer de fiesta por el Bicentenario de su grito libertario. Sus pobladores salieron a las calles para demostrar su civismo, así se vio en el tradicional desfile que contó con la presencia de autoridades gubernamentales, locales, de la Policía y los militares.

Según ANF, tras la ceremonia religiosa, el presidente Evo Morales participó en los actos cívicos de la revolución liderada hace 200 años por Tomás Barrón y que dio paso a la victoria en la Batalla de Aroma.

“Bolivia, Latinoamérica vive grandes festejos, pero es importante hacer una reflexión porque esas rebeliones eran contra los imperios y esa lucha continúa”, comentó el jefe gubernamental en el ambiente de celebración que inundó Oruro.

Del 6 de Octubre al 14 de Noviembre de 1810

•Por: Prof. María Luisa Zevallos Villegas

El año 1810 es el segundo año de las revoluciones en el Alto Perú, mientras es el primero en otras regiones sujetas a la corona de España.

Cinco insurrecciones revolucionarias en un solo año y dos combates victoriosos son la pauta del espíritu libertario en el Alto Perú, que surgió del conflicto entre los Virreinatos del Perú y Buenos Aires por tener bajo su dominio el Alto Perú y sus riquezas naturales. Los abusos de los corregidores y los caciques cobradores de reales tributos y la injusticia impuesta a los naturales impulsaron las ideas claras de independencia y libertad. Al principio de la lucha por la independencia, se derramó sangre por mantener la autoridad del Rey Fernando VII, tan discutida frente a las ambiciones de Napoleón, de dominar a España, junto a los trabajos secretos de Doña Carlota de reinar en las colonias, mientras durase la prisión de su hermano el Rey Fernando VII… En los albores de la Gran Guerra de la Independencia, este concepto junto al de Libertad, sufrió una verdadera evolución, necesitó tiempo para que se concibiera el verdadero fin que se perseguía.

Buenos Aires después de la revolución del 25 de mayo de 1810, con la soberanía otorgada por el Cabildo, nombró una Junta Gubernativa de las provincias del Río de La Plata, imponiendo al mismo tiempo y mandó una expedición militar a las provincias del interior. Esta expedición constituyó el Primer Ejército Auxiliar, al mando del General Antonio González Balcarce y Juan José Castelli que debían ingresar al Alto Perú por el sur. En este momento es importante y estratégica la ubicación geográfica de Oruro.

Durante el año de 1810, se produjo la revolución de Cochabamba el14 de septiembre, la de Santa Cruz el 24 de septiembre .En Oruro el 6 de octubre el pueblo se levanta con Tomás Barrón como caudillo de esta revolución y cambia la dirección de su Cabildo hacia la causa patriótica. En Moxos, que por entonces era una gobernación independiente del Virreinato de Buenos Aires y dependía directamente de la Audiencia de Charcas, tenía como Gobernador a Pedro Pablo de Urquijo, se sublevaron, porque allí, solamente las vías fluviales eran las únicas que comunicaban a Moxos con el resto del mundo.

Remar era para el mojeño lo que la mita de Potosí para el indio de las regiones andinas. En aquellas ex misiones jesuíticas estaban gobernadas por un cabildo civil por funcionarios de la corona, optaron por dar mayor jerarquía a los caciques Canichanas como Juan Maraza su cacique principal, que se hizo reconocer como único gobernador de la provincia. Urquijo surge la figura de Pedro Ignacio Muiba célebre cacique de Trinidad que logró movilizar a los mojeños manteniendo contacto con Juan Maraza, con quien al principio eran aliados con el cacique González, pero Maraza tomó partido a favor del Gobernador Urquijo.

Los sucesos de Buenos Aires, de Cochabamba y el de Santa Cruz, se conocieron en Moxos y los indios se sublevaron el 9 de noviembre de 1810 en Trinidad, negándose a tripular las embarcaciones ordenadas por Urquijo. La insurrección se prolongó durante toda la noche. Al día siguiente apareció Muiba con el cacique de Loreto José Bopi, exigiendo la presencia de Urquijo para ahorcarlo, sólo la intervención de los curas lo salvaron. Restablecida la autoridad real en Loreto con la captura de Bopi y Pedro Ignacio Muiba, los sometieron a muerte cruel y se hizo escarnio de sus restos.

Junto a estos esfuerzos se inscribe también la revolución de Potosí el 10 de noviembre del mismo año de 1810, que unidos al triunfo de la Batalla de Suipacha el 7 de noviembre con el valor y decisión de la caballería chicheña del Cnl. Pedro Arraya, los gauchos de Martín Güemes y la avanzada del Primer Ejército Auxiliar del Norte contra los realistas del General José de Córdova. Otro triunfo del ejército patriota genuinamente alto peruano, conformado de milicias de voluntarios orureños y cochabambinos, que enfrentó a las fuerzas del Cnl. Fermín Piérola es la Gloriosa Batalla de Aroma el14 de noviembre de 1810.

Las provincias del Alto Perú, dieron muestras de patriotismo y sacrificio y simpatizaron con la Junta Gubernativa Revolucionaria de Buenos Aires. El 20 de junio de 1810 el Gobernador de Potosí Francisco de Paula Sanz comunicó al Presidente Nieto de la Revolución de Buenos Aires, consumada el 25 de mayo. El aviso le llenó de estupor y se apresuró en tomar medidas contra aquel acontecimiento, hizo jurar obediencia al Supremo Consejo de Regencia, y promovió un Congreso que fracasó porque no asistieron muchos y los pocos que estuvieron resolvieron pedir apoyo al Virrey Abascal del Perú, incorporando las provincias alto peruanas al Virreinato de Lima, cuyas medidas fueron enviar refuerzos. Para ello Goyeneche, recolectaba milicias en Arequipa, Puno y el Cuzco para invadir territorio Alto peruano.

Entretanto al finalizar el mes de julio de 1810 en la Villa de Oruro, circulaban alarmantes rumores sobre una nueva sublevación de indios en el pueblo de San Agustín de Toledo, el pueblo más numeroso de la jurisdicción de Paria.

Los naturales se amotinaron contra las autoridades locales por la destitución de su legítimo cacique cobrador de tributos reales Manuel Victoriano Aguilario de Titichoca, que no fue restituido desde noviembre de 1809.

Esta vez la insurgencia se presentaba con propósitos de vastos alcances promovidos por el cacique Titichoca, el canónigo Andrés Jiménez Manco Cápac, el abogado Pedro Rivera y los nativos Carlos Choque y Santos Colque. Este alzamiento abortó por la persecución que dispusiera el Presidente Nieto, ofreciendo 500 pesos por la cabeza de cada uno de ellos, no pudieron encontrarlos, razón por la que fueron juzgados en rebeldía.

Las autoridades de la Villa de Oruro, tomaron recaudos defensivos, ante la amenaza de una invasión, por el temor que se apoderó de la gente que empezó a abandonar la Villa. En el Cabildo decidieron pedir socorro militar al Gobernador de Cochabamba José González Prada para resguardar la Villa y las Cajas Reales que envió un destacamento de 300 plazas, al mando del Tcnl. Francisco del Rivero, como segundo al Capitán Esteban Arze y al sargento Melchor Guzmán, “para sorprender y aprehender o castigar al rebelde Titichoca”. Esta guarnición devolvió momentáneamente tranquilidad a Oruro.

Entretanto el Presidente de la Audiencia de Charcas Vicente Nieto dispuso que todas las tropas se concentraran en Potosí, y, que todo hombre de mayoría de edad de la Villa de Oruro, debiera enrolarse en la fuerza que se armaba para enfrentar al Ejército de González Balcarce que desde Buenos Aires ya se internaba en el Alto Perú.

Francisco Del Rivero, Esteban Arze y Melchor Guzmán, se rebelaron en Oruro y decidieron no llevar su tropa a Potosí. La noche del 6 de septiembre la tropa del Tcnl. Del Rivera desertó del cuartel de La Fortaleza. Rivero informó este asunto al Cabildo y supuestamente con permiso oficial volvió a Cochabamba el 11 de septiembre y allí junto a Esteban Arze, Melchor Guzmán y otros encabezaron la Revolución del 14 de Septiembre de 1810.

El Cabildo de la Villa de Oruro conoció de estos sucesos y levantó un proceso para averiguar la verdad, mientras la población presionada por la orden que les imponía reclutarse en el ejército realista, decidieron abandonar la ciudad. El Presidente Nieto ordenó al Ayuntamiento defender la Villa con penas “gravísimas para los que desamparen sus hogares”.

De este modo el memorable día 6 de octubre, mientras el Cabildo discutía la aplicación de la orden, el pueblo se levantó en tumultuosa expresión enardecida, exigiendo la renuncia de las autoridades, Tomás Barrón que fuera Sub Delegado de Hacienda y Guerra, encabezó I revuelta y en actitud abierta, anunciaba a la población que Oruro se levantaba en Revolución plegándose a Cochabamba y Buenos Aires.

El Cabildo, indeciso al principio, decidió no publicar el bando “por multitud de graves motivos” considerando que la orden era extemporánea, pues la mitad de la población había abandonado la Villa y no contaba con fuerza suficiente para impedir la fuga de los vecinos y terminó por ceder ante la presión belicosa y airada de la población que permaneció en actitud decidida y resuelta hasta consumar la revolución.

El 8 de octubre se organizó un nuevo Cabildo revolucionario ratificando a algunos cabildantes que asumieron la causa patriota como Alcalde Ordinario de Primer Voto José Antonio Ramallo, Regidor Alcalde Mayor Provincial José Mariano del Castillo, José Manuel Santander, Tadeo y La Torre, Francisco Guerra, José Arzabe, Pedro Antonio Polo, José Manuel Salinas, ante la aprobación del vecindario. Sus determinaciones fueron:

1.- Reconocer obediencia a la Junta Gubernativa de Buenos Aires.

2.- Reconocer y apoyar a la Revolución de Cochabamba y al Gobierno Revolucionario de Francisco del Rivero.

3.- Preservar los dineros de las Cajas Reales para la causa.

4.- Organizar milicias con voluntarios.

A fines de octubre Francisco Del Rivero comisionó a Esteban Arze y Melchor Guzmán para llegar a Oruro y fortalecer su tropa y así lo hicieron, gracias a la actitud dinámica de Don Tomás Barrón. Reclutaron tropa de voluntarios orureños, para que junto a los cochabambinos enfrentaran en Aroma, el 14 de noviembre de 1810 al ejército realista del Cnl. Fermín Piérola. Se organizaron cuatro compañías de voluntarios orureños; pero en los archivos históricos solamente figura la “Lista de la Segunda Compañía de Voluntarios de esta Villa De San Felipe de Austria, en Oruro a los 26 días del mes de Octubre de 1810” a la cabeza del Capitán Gregorio Sempértegui, Teniente Miguel Aparicio Rocha, Subteniente Juan Pablo Lira, Sargentos Ventura Quevedo, Manuel Mendieta, José Rodríguez y 79 soldados que combatieron en Aroma junto a un numeroso contingente de voluntarios orureños.

Todos estos acontecimientos han sido recuperados por la investigación prolija del historiador orureño Don Marcos Beltrán Ávila en 1918 en su libro “Historia del Alto Perú en el Año 1810” y en “Capítulos de la Historia Colonial de Oruro” publicado en 1925.

Eufronio Viscarra en su “Biografía del General Esteban Arze” dice: “Oruro contribuyó para la guerra, con una cifra considerable de soldados que se agregó a las tropas de Cochabamba... siete días después de la batalla de Suipacha armada tan sólo de garrotes, cañones de estaño fundidos por ella y unas pocas armas de fuego, salió en busca del enemigo y en campo abierto, cuerpo a cuerpo, derrotó a palos a las tropas regladas que a nombre del rey y a órdenes del Coronel Piérola, salieron de La Paz a batirlos en la gloriosa pampa de Aruhuma vulgarmente llamada Aroma, allí se recuerda uno de los hechos más gloriosos de la historia americana... cuenta la historia al mundo”. Valerosos cochabambinos, ante vuestras macanas el enemigo tiembla”. (Viscarra: 89- 1910).

Este acontecimiento para honor y eterna gloria, se ha instituido años después con Resolución del Comando General del Ejército como el Día del Ejercito de Bolivia, cuyo Bicentenario se conmemorará el próximo 14 de noviembre de 2010.

Oruro se inscribe en el marco del Bicentenario de la gesta de la Independencia Nacional e Iberoamericana con la REVOLUCION DEL 6 DE OCTUBRE DE 1810. Honrando esta fecha, Oruro se honrará a sí misma

(*) Es miembro de la Sociedad de Historia y Geografía de Oruro y del Comité del Bicentenario.

Oruro y su economía en 200 años

Al cumplir 200 años del levantamiento del 6 de Octubre de 1810, echemos un vistazo bastante sucinto a lo que fue la economía de finales del siglo XVIII hasta nuestros días, con altibajos que permiten darnos cuenta de las cosas malas y las buenas que se hicieron para caer y subir.

Pues no es justo que Oruro pase de ser un lugar de ubicación estratégica hoy luego de 200 años continúe sumido en el abandono y en la pasividad de sus habitantes que parecen haberse resignado a su suerte.

Me permití transcribir lo que Fernando Cajías y Vicente Gonzales-Aramayo nos cuentan de este aspecto, importante en el desarrollo de las regiones, como es el manejo adecuado de la economía, para posibilitar que todos accedan a una mejor calidad de vida.

Sin duda, la minería en Oruro ha sido una de las principales fuentes de ingreso, basta con señalar que el interés de los colonizadores por esta región fue precisamente la riqueza mineral que tenía y aún posee.

Sin embargo, otra de las importantes fuentes de generación de recursos fue el comercio, tal como detallan los diferentes autores que escribieron sobre la historia orureña y la economía, pues el establecimiento de las personas interesadas por la explotación minera, también requirió de insumos de toda índole.

Fernando Cajías de la Vega en su libro Oruro 1781: Sublevación de Indios y Rebelión Criolla, nos brinda una visión de la economía orureña que se tenía a la mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX.

Y comienza indicando que existían dos tipos de economía de entonces: la economía natural y la economía monetaria. Entendiéndose la primera como el intercambio, teniendo su esencia en el trueque y la segunda siendo su principal medio de cálculo y de intercambio la moneda.

En Oruro, al ser un centro importante de producción de plata, existía más circulante que en otras regiones; pero también es cierto que la casi totalidad de su excedente se exportaba a Lima y, luego a Buenos Aires. La gran masa de la población estaba más vinculada a la agricultura. Gran parte de la mano de obra minera era mitad de su tiempo jornalera y la otra mitad, campesina.

En Oruro, en Paria y en Carangas, la mayor parte de la tierra era propiedad de las comunidades indígenas. Mediante el sistema del control vertical sobre tierras en los valles, algunos ayllus tenían una economía natural de auto subsistencia. El comercio de los productos indígenas, aún en los mercados de Oruro se hacía en gran medida por la vía del trueque.

Los jornaleros sólo se pagaban con dinero, se pagaban también con coca o permitiendo el robo de plata (juqueo) sin beneficio y menos acuñación. El tributo indígena era calculado en pesos, pero solía ser cancelado en productos. En algunos ayllus, como los de los urus o los aymaras de Challacollo, el tributo, aún hasta fines del siglo XVIII, era inclusive calculado en varas de ropa.

Este tipo de economía, que era en la que se desenvolvía la gran masa de la población y en la que, incluso, la élite tenía que hacer gran parte de sus transacciones, coexistía con la economía monetaria.

Los créditos de los comerciantes a los mineros se calculaban y se cancelaban en pesos o en barras de plata. Aunque no se ha hecho ningún cálculo al respecto, todo parece indicar que el comercio de ultramar en gran medida estaba dentro de la esfera monetaria. Pero, sin duda, lo más monetarizado era la Real Hacienda.

A diferencia de Paraguay, por ejemplo, las Cajas Reales de Oruro calculaban todos sus ingresos y egresos en pesos. El tributo era una excepción, pero no del todo. Paulatinamente se exigió el pago del tributo en moneda y este fue uno de los mecanismos por el que muchos indígenas se vieron forzados a vender su fuerza de trabajo.

INGRESOS

Al respecto, se señala que en más de 30 años, hasta 1807 ingresaron a las Cajas Reales de Oruro 20.886,77 pesos corrientes, de los cuales 9.285,92 correspondían a deudas y 11.601,85 pesos a ingresos efectivos.

En los últimos treinta años del siglo XVIII el ingreso efectivo de las Cajas Reales de Potosí fueron más del doble de lo recaudado en Oruro. Para ese mismo tiempo, la recaudación de La Paz fue también mayor que la de Oruro, gracias a los ingresos por tributo y alcabala.

En definitiva, Oruro, sobre todo por la crisis de la minería, pasó a ser, desde la década del 70, la tercera Caja de importancia de las que eran sufragáneas de Potosí, pero a principios del siglo XIX pasó a ser la sexta.

La minería era la principal actividad económica de Oruro, por lo menos la que daba más altos ingresos a la Real Hacienda.

El tributo indígena, después de la minería fue el ingreso más importante en las arcas de Oruro y Paria. En otras provincias, como La paz, era la partida más importante. La recaudación por tributos fue mayor a lo recaudado por diezmos de plata en varios años de la década del 90, en todo caso, el tributo fue también otra de las fuentes que abultó el ramo de deudas.

COMERCIO

La tercera fuente para el tesoro público fueron los impuestos al comercio; recaudación; no obstante, de mucha menor cuantía que las anteriores.

El impuesto más importante en relación al comercio era la alcabala que desde fines del siglo XVI significaba el 2 por ciento sobre el valor de cada transacción mercantil.

Dentro de la política de reformas fiscales, en 1772, éste subió al 4 por ciento y en 1776 al 6 por ciento. Generalizada en todo el Virreinato, esta política causó protestas e incluso rebeliones, agudizadas por el establecimiento de adunas que cambiaron la forma de cobro de los plazos largos por el inmediato y la aplicación de las alcabalas a productos antes libres de impuestos.

Sin embargo, el objetivo de aumentar las recaudaciones se logró en gran medida.

En Oruro como en todo el Alto Perú, se aplicó el aumento del 6 por ciento a partir de 1777; pero las recaudaciones aumentaron efectivamente en 1786, en cuanto se estableció la Aduana con recaudadores especializados distintos a los oficiales reales.

De las alcabalas reales, las que producían mayor ingreso eran las aplicadas a los efectos de la tierra; coca, azúcar, ropa de la tierra, cera de Santa Cruz y yerba de Paraguay, que eran los productos principales. En segundo lugar estaban las alcabalas aplicadas a los efectos de Castilla, lencerías, ropa en general, hierro, lana, papel, cristales, entre otros.

El escritor, Vicente Gonzales-Aramayo Zuleta, en su reciente libro “Breve Historia de la Industria Orureña”, cuenta que a finales del siglo XVIII la decadencia de Oruro fue similar a una lámpara cuando se le agota el aceite. “Durante su vida activa -señala Marcos Beltrán Ávila-, vivió Oruro una existencia opulenta y gozó de todo cuanto puede gozar una urbe europea. Mas, esa opulencia fue intensa y fugaz, viendo después el empobrecimiento de la villa, por haberse inundado o agotado filones”.

“Reducida a un simple villorrio, con poca gente; sin embargo, Oruro no murió, entró en una especie de letargo que duró más de una centuria. A fines del siglo pasado o comienzos del presente volvió a la vida de casi cenizas. El Ave Fénix”.

Lo que probablemente hizo que Oruro no desapareciera completamente al decaer las minas fue el hecho de constituir una estación de parada para los viajeros entre Lima, La Paz, Arica y Potosí, Charcas y Buenos Aires. Mientras duraron las minas la ciudad mantuvo un ritmo normal de autoabastecimiento. Era -naturalmente- como ciudad de tipo feudalista, de economía de cambio más que de consumo, no obstante corría la plata en torrenteras.

Para darnos un panorama de la industria durante la Colonia, Gonzales-Aramayo hace referencia a Gustavo Adolfo Otero y a su libro Vida Social en el Coloniaje, quien indica que se reduce a fabricantes caseros y domésticos que iban a perdurar por muchos siglos y aún hoy se los puede encontrar en nuestro comercio poblano o provinciano.

Oruro, siendo el Departamento más chico que Bolivia tiene, posee algunas cabeceras de valle donde pueden germinar las semillas de algunas plantas alimenticias como papa, cebollas, maíz, tomates, lechugas, repollos, calabazas, cebada y trigo.

El escritor remarca que los pueblos tropicales eran simples proveedores de materia prima explotada en condiciones precarísimas y sus transacciones eran meramente comerciales, en cambio las ciudades altiplánicas debían hacer labor legítima de transformación de esas materias primas, cosa que se identifica con la industria.

Nuevamente haciendo referencia a Adolfo Otero se indica que los principales oficios que se ejercieron fueron los de carpinteros, empedradores, silleros, curtidores, carniceros, baberos, cajoneros, pintores, bordadores, torneros, cerrajeros, plateros, veleros, chocolateros, tinajeros, coqueros, cigarreros y otros.

Pero todo el comercio fue consecuencia del movimiento minero. Debía haber proveedores de mercaderías a los mineros, tanto en artículos de primera necesidad como en maquinaria. Particularmente en este último rubro se requería dinamita, barrenos de perforación, bombas, motores, herramientas, lámparas de carburo, ropa adecuada, reactivos propios de la activad y demás.

Por ello comenzaron a aparecer en la ciudad almacenes de cosas muy variadas. Había de ropa, de calzados, de víveres, de golosinas, de artefactos domésticos, de telas, de lanas, de sombreros, etc.

Del mismo modo surgieron hoteles, clubes, confiterías y verdulerías. Corría el dinero como lubricante de la banca y el comercio y, llegaron entre los extranjeros, yugoslavos, alemanes, libaneses, españoles, judíos y más.

Con la transcripción y el resumen de algunas partes de los textos de Cajías y Gonzales-Aramayo, que nos brindan un amplio panorama de la economía de hace 200 años, hoy al cumplir el Bicentenario del levantamiento del 6 de Octubre de 1810, se pretendió reflejar algo de nuestra historia y lo que hace a una población, la economía, con fuentes de trabajo.

Y mirar un poquito hacia atrás para tener en cuenta las cosas buenas y asumirlas, y no volver a equivocarnos con las cosas malas que hicimos.

Pues hoy con pena observamos que luego de ser considerada una ciudad metrópoli Oruro está postergada, por una serie de factores, que incluyen desde todos los orureños que se van “buscando mejores días”, hasta las malas políticas gubernamentales, que no permiten el desarrollo de esta región.

Lamentablemente, una serie de factores han influido para que diferentes industrias cierren dejando sin empleo a un sinfín de trabajadores, al igual que empresas importadoras y tiendas comerciales.

“Había antes menos gente pero más comercio e industrias”, indica Gonzales-Aramayo.

Esperamos con ansias que Oruro vuelva a surgir, con el empeño de su gente, bien calificada de trabajadora, y el apoyo de sus autoridades, de mucho tiempo orureñas.

Bicentenario de la Revolución de Oruro, 6 de Octubre de 1810

•Por: Dehymar J. Antezana A. -Periodista

La tarde del 6 de octubre de 1810 el cabildo de Oruro estaba reunido y consideraba a las órdenes de Nieto. Al anochecer, de pronto la campana grande de la matriz tocó a rebato en convocatoria a la población. La gente comenzó a reunirse frente al Ayuntamiento, se escuchaban gritos: “Viva la Patria”, en claro pronunciamiento por la Libertad.

Aquella reunión fue organizada por el subdelegado de hacienda y guerra, Tomás Barrón; el regidor mayor y alcalde provincial, Mariano del Castillo, y el alcalde ordinario del primer voto, José Antonio Ramallo.

La sesión del cabildo fue suspendida por unos minutos debido a que en la Plaza se indagaba el porqué del tumulto.

El regidor Del Castillo informó a los cabildantes que el pueblo se había amotinado, con la consigna de que Oruro pertenecía al Virreinato de Buenos Aires, revelándose así a las disposiciones emitidas por el virrey Abascal del Perú.

La reunión fue levantada mientras los sublevados se empeñaban en el relevo de las autoridades.

La única débil reacción vino del ministro contador Sánchez Chávez, quien trató de restablecer el orden a través de los pocos guardias que le obedecían, terminando por encerrarse en el edificio de las Cajas Reales.

Tomás Barrón asumió públicamente la dirección de la revolución, el pueblo se apoderó de la Villa San Felipe de Austria, pero sin derrocar al gobierno español.

Un día después, la situación continuaba con el pueblo más enardecido, esa misma noche el contador Sánchez huyó de la Villa, mientras que los regidores Soriano, Unanue y Contreras Loayza, optaron por ir eludiendo responsabilidades.

El 8 de octubre la Villa no tenía completo su gobierno. El alcalde ordinario en primer voto, José Antonio Ramallo y el regidor alcalde mayor provincial José Mariano del Castillo, convocaron a un cabildo abierto para designar a nuevos corregidores.

Tomás Barrón era gobernador de hecho y el cabildo revolucionario fue constituido por Ramallo, Del Castillo, José Manuel Santander, Francisco Guerra, Toledo Tovar y José Arzabe ante la aprobación del vecindario.

El destino de Oruro estaba sellado bajo los siguientes parámetros: Reconocer obediencia a la Junta Gubernativa de Buenos Aires; reconocer y apoyar a la Revolución de Cochabamba y su gobierno; preservar el dinero de las Cajas Reales para la causa, y, organizar milicias con voluntarios.

Esos lineamientos consolidaban el levantamiento de Oruro del 6 de Octubre de 1810. Todo ese relato fue extractado del libro “Oruro en su historia” de Ángel Torres Sejas.

Consideramos que ese episodio llegó a reafirmar el espíritu libertario que ya se planteó en Oruro, desde 1739 con el Manifiesto de Agravios de Manuel Vélez de Córdova, que impulsó más tarde a otra rebelión similar en Cochabamba.

Medio siglo después a la gesta libertaria del 10 de Febrero de 1781, cuando fueron protagonistas los hermanos Rodríguez, Sebastián Pagador y las huestes campesinas que sembraron la semilla de la libertad y que meses después el campesino Túpac Catari sería protagonista de otra rebelión con el cerco a La Paz.

El 6 de Octubre de 1810, fue un aporte importante a la denominada Guerra de los 15 años, que culminó el 6 de Agosto de 1825, con la firma del Acta de la Independencia de la República de Bolívar.

CALIZAYA

El historiador e investigador, Zenobio Calizaya, quien a través de datos recogidos del Archivo Judicial de Oruro establece acerca del 6 de Octubre de 1810:

“Invocando la ley de Dios es que también se logró la libertad de éstas tierras, hubieron sacerdotes que en las misas, en lugar de celebrar misa lo que estaban haciendo era sublevar a la gente y no propiamente a nombre de la Corona Española. Bajo el nombre de Dios liberarse de quienes los estaba subyugando”.

Calizaya sostuvo que dentro de sus investigaciones encontró la firma de un diputado del Alto Perú, Dionisio Yupanqui en la constitución española de 1812, aceptando que los habitantes de esta región estaban sujetos a los designios españoles.

El mencionado historiador concuerda con lo que expresamos en párrafos anteriores, que las tres fechas importantes en el calendario histórico de Oruro; fueron la insurrección develada, promovida y dirigida por Juan Vélez de Córdova, y su Manifiesto de Agravios de 1739.

La segunda, fue el levantamiento del 10 de Febrero de 1781 y la revolución del 6 de Octubre de 1810, añadió que estos tres hechos históricos permiten incorporarnos de lleno en todo lo que significó la Guerra de los 15 años, por la independencia de Alto Perú.

Además que la revolución del 6 de Octubre fue la preparación de lo que vendría a hacer la Batalla de Aroma, encabezada por Tomás Barrón y Esteban Arze, en la que derrotaron al ejército realista.

Como dijimos anteriormente, la importancia de la revolución del 6 de Octubre, fue para dar un paso importante en la consolidación de la libertad americana, lo que dio como resultado la formación de una nueva República.

LEY DE LA REPÚBLICA

Durante el gobierno de Carlos Mesa, el Congreso Nacional emitió la Ley 2960 del 19 de enero de 2005, que fue promulgada el 3 de febrero de 2005, y que relieva la importancia del 6 de Octubre de 1810, además que convierte a Tomás Barrón en héroe nacional.

La mencionada ley refiere en su artículo primero: “Se relieva la importancia histórica de la Revolución de Oruro, del 6 de Octubre de 1810, dentro de la Guerra de la Independencia Nacional.

“Se declara héroe de la Independencia Nacional, al orureño Dn. Tomás Barrón, por haber sido el ideólogo y comandante del levantamiento de Oruro del 6 de Octubre de 1810, que ha tenido una influencia importante en los otros movimientos como la Batalla de Aroma y otros levantamientos para la Independencia Nacional”, se indica en el artículo dos.

Mientras que el artículo tres se declaran héroes nacionales anónimos de la Independencia a todos los participantes en el levantamiento de Oruro del 6 de Octubre de 1810.

En el cuarto, se dispone incorporar en el Calendario Histórico Departamental y Nacional, el levantamiento de Oruro del 6 de Octubre de 1810 y la biografía de Dn. Tomás Barrón y a todos los participantes de dicha fecha histórica.

Inédito documento del pasado “El Correo del Comercio” y la primera descripción periodística de la Villa de Oruro, 19 de mayo de 1810

•Por: Ing. Miguel Salas Aguilar

 Que sería de nuestra existencia sin tener a mano las viejas publicaciones del diario vivir, no se tendría pues, memoria del pasado de sus pésames y de sus Glorias.

Si bien son conocidos algunos importantes relatos del pasado orureño, como la crónica de Felipe de Godoy a nuestra Villa entre el 19 de octubre al 15 de diciembre de 1607 a un año de ser fundada la Villa de San Felipe de Austria, quien describe en su informe las ricas vetas de sus cercanos cerro; o la del padre Álvaro Alonso Barba en 1639; o más aún la conocida descripción del científico francés Alcides D’Orbigny que en 1833 describe a Oruro, como un miserable lugar por “la gran cantidad de moradas en ruinas que allí se veían por todas partes”. De no ser por los manuscritos nombrados, no podríamos percibir el pasado económico de Oruro, y formar la línea cronológica de su existencia en estas tierras americanas.

A éstas crónicas nombradas, se suma el primer reportaje periodístico de la Villa de Oruro, escrito el 19 de Mayo de 1810 y publicado el periódico “El Correo del Comercio” de la ciudad de Buenos Aires, importante y primicial reportaje que a la fecha cumple doscientos años de publicación. Enalteciendo coincidentemente a nuestro grandioso fasto Bicentenario regional.

PERIODISMO EN LA COLONIA ESPAÑOLA

Se dice que el primer periódico en la historia del periodismo que fue impreso se publicó en Alemania, en el año 1457, con el título de “Nurenberg Zeitung”, sucediéndole otras publicaciones en toda Europa, y luego a principales ciudades de las posesiones españolas en América.

A la Compañía de Jesús se debe, en el Río de la Plata, la Introducción del arte de imprimir. Los miembros de la Orden, deseosos de poner al alcance de los indígenas de las misiones vocabularios y catecismos, solicitaron, al efecto, la autorización correspondiente para instalar un taller de imprenta. Contaba el taller con prensas, confeccionadas en madera dura, tipos de estaño y viñetas de metal y madera. Estos elementos, no por rudimentarios menos útiles, permitieron, el fin, que de las prensas saliera el primer impreso: el “Martirologio Romano”, editado en el año 1700.

También fue obra de los jesuitas la instalación y puesta en marcha de la imprenta de Córdoba, cuyos orígenes se remontan al año 1758. Instalada la imprenta, funcionó hasta que se produjo la expulsión de los jesuitas, en 1767; a partir de ese momento, y hasta 1780, el taller se mantuvo inactivo. No se sabe si la ciudad de la Plata y su Universidad de San Francisco Xavier habrían intentado siquiera tener el éxito alcanzado en Córdoba.

Por último, en el año citado anteriormente, la imprenta fue trasladada a Buenos Aires. Las necesidades crecientes de las tareas administrativas del Virreinato obligaban a incrementar el número de escribientes, por lo que la imprenta, lógicamente, reemplazó con ventaja a muchos de estos últimos.

Su instalación se produjo, de acuerdo con un decreto del Virrey Vértiz, el 21 de Noviembre de 1780, recibiendo la denominación de “Real Imprenta de Niños Expósitos”, y fue en la misma donde años después se imprimió el Diario “Correo de Comercio”, y el referido reportaje a Oruro del año 1810.

Instalada ya, la Real Imprenta editó, el 8 de Enero de 1781, un noticiero titulado “Noticias recibidas de Europa por el Correo de España por vía del Janeiro”. Poco más tarde, hacia el 19 de Mayo del mismo año, fue editado otro noticiero, titulado “Extracto de las noticias recibida de España por la vía de Portugal”. Luego le sucedería en 1800 el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata”.

El 19 de Septiembre de 1802, un mes y medio antes de la desaparición del “Telégrafo” apareció en Buenos Aires el primer número del titulado “Semanario de Agricultura, Industria y Comercio”, con pie de Imprenta de los Niños Expósitos.

“The Southern Star” -La Estrella del Sur- fue un periódico editado por los ingleses durante su permanencia en Montevideo. Escrito en inglés y en castellano, su primer número apareció el 23 de Mayo de 1807. En sus columnas, se trataron las cuestiones económicas y comerciales de la época, atacando al régimen impuesto por España a sus colonias y abogando por la libertad de comercio.

“EL CORREO DEL COMERCIO” Y UN HOMENAJE A ORURO

En la denominada “Imprenta de Niños Expósitos” de Buenos Aires aparecieron diferentes periódicos entre 1809 al 1812, como “La Gaceta del Gobierno”, “Correo de Comercio”, “Gazeta de Buenos-Ayres”, “El Censor”, “Martir ó Libre”, y “El Grito del Sur”, todos con un sentido escrito de Libertad ante la opresión.

“El Correo del Comercio” apareció en Buenos Aires el 3 de marzo de 1810, siendo su última publicación el 6 de abril de 1811, cuyo impreso salía semanalmente y estaba compuesto por 8 páginas; el precio era de un peso en Buenos Aires y de 12 Reales en otros poblados distantes.

En su primera edición éste periódico, su prólogo escribió sus razones por las que surgía este nuevo medio a las masas de las Provincias del Río de la Plata: “…avergonzados de que la gran Capital de la América Meridional, digna hoy de todas las atenciones del mundo civilizado, no tuviese un periódico en que auténticamente se diese cuenta de los hechos que la harán eternamente memorable, é igualmente sirviese de ilustración en unos países donde la escasez de libros no proporciona el adelantamiento de las ideas á beneficio del particular y general de sus habitadores”, y principalmente la de “una acusación contra el gobierno español” según palabras de su Director Manuel Belgrano para quien “…ningún provecho han traído á la causa pública, y por supuesto ni uno solo destinado para fomentar la agricultura, industria y comercio de estas Provincias de la España Americana capaces por sí solas de sostener á las de la España Europea…”

Fue el patricio de la revolución argentina Manuel Belgrano, quien dirigió “El Correo del Comercio” y probablemente quien escribió el referido artículo: lo que abre la importante pregunta, ¿Manuel Belgrano conoció nuestra villa de Oruro, a principios del año 1800?, o más exactamente ¿Quién es el autor de esta primera descripción? ¿Por qué se eligió describir a Oruro, entre otras tantas poblaciones del Virreinato?

Lo dicho, invita a una futura investigación más profunda, ya que éste artículo fue redactado por alguien que mantenía algún tipo de lazo comunicacional mediante cartas entre la colonial Villa de Oruro y el distante puerto de Buenos Aires: sin lugar a dudas fue una comunicación directa entre Patriotas americanos, que difundió ésta y varias noticias, y fueron éstos comentarios que destacaron a poblaciones con la causa común de la libertad que ya empezaba a correr, como el fuego de una antorcha, en la obscuridad de la tiránica administración española.

Y hoy después de dos siglos de extravío se publica en “LA PATRIA”, el primer documento periodístico colonial de Oruro; que trata de manera general sobre los principales oficios de sus pobladores, comercio interno y externo de la villa con poblaciones cercanas, medianas y de ultra mar; en síntesis un inicio a la historia económica y social de nuestra tierra. Cuyo original fue publicado el 19 de mayo de 1810 en el periódico “El Correo del Comercio” de Buenos Aires, meses antes de la Revolución orureña del 6 de Octubre. Por su valor histórico, se conserva la ortografía original.

“Descripción circunstanciada de los productos, y comercio de la Villa de Oruro”

“El comercio de esta Villa consiste en efectos de Castilla, y manufacturas y frutos del país, consumiéndose de los primeros hasta en cantidad de 22 mil pesos anualmente en cuyo tráfico hay cinco individuos, y de los segundos 479.962 ps. para cuyo giro hay 140 individuos. Los efectos que se llaman de castilla proceden de España, Buenos-Ayres, Potosí Arica, y la Paz, y se extraen para el Valle de Cochabamba.”

“Los del país, es á saber bayeta de colores, frazadas grandes, azúcar, alfiñiques, tucuyos, añil, se conducen del Cuzco; también de Cochabamba vienen tucuyos; de la Paz y Yungas, bayetas blancas ordinarias, costales, coca, y maderas; de la Costa, aguardiente, vino, aceite, pescado marítimo, agí de azapa, y algodón; de Sto. Tomas, agí de palpa; de los pueblos cercanos, frazadas chicas; de Mojos, cera de Chiquitos; de Chayanta, medias suelas; de Salta, burros y mulas; de Tucumán y Santiago del Estero, pellones, ponchos, y grana; de Arequipa, añil; de Chile y Chichas, cordobanes. Con los mismos pueblos citados, y con los de Potosí, y la Plata tenemos nuestros cambios”.

“Se beneficia en esta jurisdicción el cobre y estaño, y se extrae para Lima, y España; pero mas es el beneficio del estaño que suele venderse hasta 9 y medio ps. el ql. y produce 77.900 ps. El gremio de azogueros es numeroso, y se compone de mil individuos dedicados á trabajar con bastante afán: produce algunas ventajas así al Real Erario, como al Público, en medio de que las mismas son escasas, y pobres los metales; se agrega á esto la indigencia en que se hallan los mas de ellos para empresas de alguna consideración, siendo el estado y producto anual de estas riberas y sus cercanías, de 8 ingenios, 10 trapiches, 25 minas, 20 en diligencia; el de 21 mil marcos; de las cercanías de esta Villa, 30600, su precio 7 ps. 2 rs., y 258 barras que se funden á 1.700 ps. cada una, cuyos valores ascienden á 438.600 ps. Todos son productos de las riberas de esta Villa, Poopó, y Sicasica, y se conducen á la Real Casa de Moneda de Potosí.”

“Los fabricantes de sombreros, trabajan sin auxilios, ni herramienta buena; no obstante, pasan de 9 mil sombreros los que hacen, entre buenos y malos: emplean lana de vicuña y de oveja, y los ingredientes de que se valen, son cola, palo de tara, copagírá, y cera de castilla; se extraen para Buenos-Ayres, Tucumán, y la Costa y su valor se conceptúa en mas de 14 mil pesos.”

“Los tucuyeros siempre han texido en telares bien desgreñados, tal qual como los puede construir el hombre aislado, y sin ningunos conocimientos, ni aun prácticos de la mecánica; fabricaban mas de 40 mil varas; pero hoy se halla este ramo bastante decaido: se gradúa el valor en 9782 ps.”

“Los tintoreros sin mas principios que los de la rutina de sus mayores, y la propia experiencia , valiéndose del añil, molle, mítico, y millo dan sus tintes con bastante perfección de los colores verdes, azul, y amarillo: se computa que tiñen cerca de 92 mil varas que les produce á 1 y medio ó 2 rs. vara, mas de doce mil pesos.”

“Los cobreros y peltreros que trabajan con la mayor dificultad por falta de instrumentos buenos y auxilios, fabrican de los dichos metales, ollas, sartenes, chocolateras, paylas, alambiques, fuentes, platos, candeleros, bacenicas, jarros, vasos, tachos, botones, embudos, tinteros, y alambres: todo lo qual se extrae para Potosí, Plata, y Cochabamba, y produce 1830 pesos. Los plateros después de muchas fatigas, ya por la escasez de sus facultades, ya por la decadencia de este pueblo, apenas trabajan 1140 marcos de piña y chafalonia, para lo que consumen 1140 cargas de carbón: los productos de su trabajo se regulan en 2574 ps.”

“Los polvoreros hace pólvora para cazar, y para las minas, que venden á 2 rs. la libra de la primera, y tres quartillos la de la segunda, y se estrae para Pótosi, y Aullagas: se computa que manufacturan 19 qs. de la primera y 227 de la segunda: los materiales de que se sirven son, cenizas de muladares, y azufre, con que forman la carbonilla, y unen con la muña, por otro nombre poleo; se arregla el valor de esta manufactura á 2620 ps.”

“Los Bayeteros, manufacturan en tristes telares, y sin auxilios, bayetas ordinarias en xerga; consumen 19.048 vellones de lana, y texen 148.048 varas, que venden á real la vara: se extrae para Pótosi y la Plata, y su producto es de 18.551 ps.”

“De lo dicho se infiere que el giro anual de esta Villa es de un millón, 80.518; sin incluirse el número grande de especies menudas, y comestibles con que abastecen los valles inmediatos y jurisdicción de Cochabamba; porque aquí no se produce cosa de provecho por su aridez: lo que se recoje unicamente, es cebada en berza, y papas amargas.”

(*) Miembro de la Sociedad de Historia y Geografía de Oruro

miguelitosaurio@hotmail.com